Fácilmente las personas ven las faltas de otros, pero difícilmente en sí mismas. Como paja diseminada en el viento, difunde uno las faltas de los otros, mientras esconde las propias como camufla sus dados el hábil jugador.
Aforismos de Buda
Fácilmente las personas ven las faltas de otros, pero difícilmente en sí mismas. Como paja diseminada en el viento, difunde uno las faltas de los otros, mientras esconde las propias como camufla sus dados el hábil jugador.
Aforismos de Buda
Equilibrio en la vida con respecto al tiempo es:
Si quieres que el presente sea mejor que el pasado debes aprender de él.
Si quieres que el futuro sea mejor que el presente debes planear.
Cuando tienes mucho por hacer, es necesario un plan. Así lo puedes desarrollar:
Esperemos que estos días agitados no los tengas muy a menudo pero si son una constante en tu vida busca maneras de hacer cambios y aprende a manejar adecuadamente tu tiempo o también puedes o hablar con tu jefe sobre tu carga de trabajo.
1. Comprométete con tu negocio: debes ser la persona que más crea en tu empresa. Walton aseguraba que venció todos y cada uno de sus errores personales gracias a la
gran pasión que sentía por su compañía. Si te gusta tu trabajo, todos los días tratarás de dar lo mejor que puedas y la gente empezará a contagiarse de esa pasión por tu
negocio.
2. Celebra el éxito: es importante encontrar el buen humor en los fracasos. Si tú te diviertes, el resto de tu empresa lo hará. No sólo aumenta la moral de los
trabajadores, hace que la competencia no te tome demasiado enserio y te preste atención.
3. Escucha a todos en tu empresa: las personas que trabajan con tu consumidor son los únicos que verdaderamente saben cómo le está yendo a tu negocio, por lo que es
indispensable darles voz y voto. Esto impulsa la responsabilidad, la lealtad y el flujo de buenas ideas.
4. Supera las expectativas de tus clientes: si lo logras, éstos volverán una y otra vez. Dales lo que quieren y un poco más y hazles saber lo mucho que los aprecias.
Cuando te equivoques no ofrezcas excusas, mejor discúlpate. Walton aseguraba que las dos palabras más importantes para Walmart son “Satisfacción garantizada”.
5. Controla tus gastos mejor que la competencia: esta es una gran ventaja competitiva, pues te permite cometer muchos errores y aun así recuperarse sin que
afecte al cliente. La eficiencia es la clave del éxito económico de un negocio.
6. Nada contra la corriente: no sigas la sabiduría convencional, ya que si todo el mundo está haciendo las cosas de una manera, es probable que encuentres un nicho
haciendo un negocio en el sentido contrario. Pero prepárate para las críticas.
Si no te equivocas de vez en cuando, quieres decir que no estas aprovechando todas tus oportunidades.
Woody Allen.
1. Los mentirosos tienden a evitar ponerse de frente y usualmente se sientan con los brazos y piernas cruzadas, como si estuviesen congelados.
2. Cuando las personas dicen la verdad, usualmente hacen gestos con las manos que enfatizan y coinciden el ritmo de su discurso, una condición natural cuando estamos convencidos de lo que estamos diciendo. Las personas poco sinceras controlan sus manos.
3. Los mentirosos más experimentados no sudarán ni una gota, pero los que no lo acostumbran tienden a ponerse nerviosos al mentir.
4. Los mentirosos tienden a pedir que repita la pregunta, iniciando sus respuestas con frases como: «¿quiere que le diga la verdad?” o “para serle sincero…”.
5. Un mentiroso puede que no haya pensado en todos los detalles de su historia. Si cree que le mienten, indague sutilmente los detalles.
6. Cuando una persona miente, las pausas entre cada palabra que dice aumentan sensiblemente.
7. El mentir pone a la gente a la defensiva. Mientras una persona sincera está dispuesta a cooperar y dar explicaciones, un mentiroso se pondrá a la defensiva y será menos cooperativo.
8. Un mentiroso tendrá problemas en admitir tales “pequeñas imperfecciones”, y no estará dispuesto a explicarlas.
9. Atención con los errores al hablar. Por ejemplo, confundir una palabra por otra. Generalmente las personas dicen jocosamente: “lo traicionó el subconsciente”.
10. Los mentirosos sólo sonríen con la boca, sus ojos no reflejan sus emociones.
1. Comprarle todo aquello que nos pida.
2. Darle siempre la razón cuando tenga un problema.
3. Dejarle que hable mal, todos sus amigos lo hacen.
4. Ponerle un televisor y/o un ordenador en su habitación (con acceso ilimitado a internet por supuesto y si puede ser con la playstation)
5. Avergonzarnos cuando hace una rabieta.
6. No darle abrazos ni besos, ni decirle lo importante que es para nosotr@s.
7. No exigirle en relación a la escuela ni en las tareas de la escuela.
8. No castigarle ni llamarle la atención sobre su conducta nunca.
9. Castigarle cada día.
10. Que la madre le diga que no a una cosa y el padre la consienta o viceversa.
11. Chillarle o estresarnos cada día para que haga lo que le exigimos.
12. No jugar ni hablar tranquilamente nunca con él o ella.
13. No establecer ni unos horarios ni unas reglas del juego mínimas.
14. No pedirle que colabore con la casa en las cosas que están a su alcance.
15. Permitirle las mismas cosas que a sus hermanos mayores, o prohibirles a estos porque sino el pequeño se enfada o hace una rabieta.
16. No enseñarle unas normas y/o valores, sean del tipo que sean.
17. Creer que nuestro hijo siempre nos miente, acabará haciéndolo.
18. Creer que nuestro hijo es malo, acabará siéndolo.
19. No darle buen ejemplo.
20. No hacer lo que les decimos a ellos que deben hacer.
«Yo creo que sí hay una tendencia general», dice, en conversación con el programa Análisis de la BBC, el experto en ciencias de la conducta del Warwick Business School, Inglaterra, Nick Chater.
En vez de reconocer todo el trabajo que se hizo antes y al tiempo, «tendemos a pensar» -por ejemplo- «en Bill Gates como el motor y originador de la revolución que es Windows y la creación de las computadoras personales«, señala. ¿La posible razón?
«Pienso que entre más complicado el mundo es cada vez más importante imponer historias simples, pero esas historias simples se van alejando de la verdad».Chris Dillow, escritor de economía y psicología, señala que una de las raíces del problema es una falla psicológica común conocida como «el error básico de atribución».
No sólo creamos héroes, también hay villanos, «que supongo sirven como una especie de refugio cuando hay que enfrentar un problema realmente masivo que nadie parece entender», comenta la historiadora Pat Thane, del King’s College London.
Ese es el caso con la crisis económica, por ejemplo. «Se puede culpar a algún tipo de fuerzas internacionales, pero a la gente obviamente le queda más fácil responsabilizar a una persona o grupo, así no sea muy convincente», apunta Thane.
Errores básicos:
Chris Dillow, escritor de economía y psicología, señala que una de las raíces del problema es una falla psicológica común conocida como «el error básico de atribución».
«Fue algo que descubrieron los psicólogos en los ’60: la tendencia que tenemos a atribuirle demasiada importancia a características individuales y muy poca a factores situacionales cuando estamos buscando una explicación», le dijo a Análisis de la BBC.
En uno de los experimentos, los psicólogos le pidieron a un grupo de gente que participara en un concurso de conocimientos generales y a otro grupo, que los observaran y calificaran los conocimientos de la gente a la que se le hacían preguntas y los de la persona que hacía las preguntas.
«Respondieron que quien hacía las preguntas sabía más, a pesar de que era obvio que no era que sabía más sino que tenía las respuestas en frente. Los observadores no apreciaban el factor situacional que le daba al presentador la ventaja».
Según Dillow, hay otras dos características relevantes en la manera en la que vemos la causa y efecto. Primero, tendemos a pensar que podemos identificar patrones importantes cuando no hay ninguno. Segundo, no podemos resistir el preguntar ¿quién lo hizo?
Aquí van algunos tips de comunicación para poner en práctica la próxima vez que entres en conflicto con tu pareja, jefe o algún compañero, los cuales te ayudarán a tener una comunicación mucho más efectiva y productiva:
1. Escucha. Escuchar no significa dejar que el otro hable sin interrumpirlo, esperando a que termine para entonces yo decirle en qué está mal. Escuchar es realmente ponerme en los zapatos de la otra persona. Entender qué siente y por qué lo siente. Entender qué de lo que yo he hecho o dicho le está afectando de qué manera.
2. Resuelve el problema presente. No hay que traer 10 ejemplos pasados que se parecen al problema presente. No van a poder resolver todos y solamente va a hacer que el enojo aumente.
3. Habla de lo que sientes, no critiques a la otra persona. No juzgues al otro con calificativos como: estás mal, siempre te equivocas, eres muy malgeniado. Habla de lo que tú sientes. Hazte responsable de tus sentimientos, en vez de atacar al otro.
4. No reacciones a la crítica. Si la otra persona te critica, mantén tu tranquilidad. Se trata de que no te sientas vulnerable a los comentarios de la otra persona. Que entiendas que el otro está alterado y por lo tanto va a tratar de defenderse. No es nada fácil no tomarse personal este tipo de críticas en medio de un conflicto.
5. Reconoce tus errores. Una vez que hayas escuchado lo que la otra persona tiene que decir, reconoce la parte que sí te corresponde. En la gran mayoría de los conflictos, las dos partes tienen parte de la responsabilidad. A veces queremos hacernos víctimas y poner a la otra persona como la causante absoluta del conflicto, pero si somos objetivos y realmente aprendemos a escuchar, podrás darte cuenta de cual es tu parte en el conflicto.
[campo nombre=video]
No hay un norte. Los hogares deben balancear disciplina y disfrute. Una buena parte del tiempo tratan de construir un patrimonio para satisfacer sus necesidades básicas o superfluas, el resto del tiempo, hacen cosas placenteras con su dinero.
Sobrestimar los ingresos mensuales. Los presupuestos deben partir del ingreso que llega efectivamente a la cuenta del banco. Hay que deducir las retenciones en la fuente, los pagos de parafiscales, las cotizaciones a las Empresas Promotoras de Salud (EPS) y otras deducciones al salario.
No planear los eventos. Es sencillo planear los gastos en regalos de cumpleaños, de aniversario o de Navidad, o incluso con las vacaciones. No sobra hacer una reserva para los eventos especiales, en particular cuando se tiene una vida social agitada.
Costos de ser propietario. Un carro o una casa tienen costos de impuestos, mantenimiento y seguros elevados que, cuando no se calculan, desajustan los presupuestos.
Costo del crédito. El uso no programado de los créditos de consumo o de tarjetas desbarata cualquier plan de gastos.
No hacer provisiones para grandes gastos o eventos inesperados. La universidad de los hijos, la jubilación propia o de los padres y las excursiones de fin de colegio son gastos que se pueden cubrir poco a poco si se consideran con anticipación.
No cumplir lo programado. El problema más frecuente es que no se cumple lo programado. La solución, construir algo de disciplina personal.