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El ejercicio y movimiento físico, combinado con una buena alimentación y respiración son los pilares para mantener un óptimo estado de salud y mantenernos jóvenes. Las personas que realizan ejercicio habitualmente mínimo dos veces por semana aparentan menos edad de la que normalmente tienen.

Ya sabemos  los beneficios a nivel fisiológico, como fortalecimiento de músculos, mejor irrigación sanguínea, incremento de elasticidad, control de peso corporal, protección contra enfermedades degenerativas como osteoporosis y artritis al fortalecer también sus huesos, etc.

Adicional a estos beneficios físicos también tiene beneficios emocionales y psicológicos. Pues mejora el estado mental y el ánimo y genera una mayor sensación de confianza.

Aquí algunos beneficios a nivel psicológico que podemos encontrar en la práctica constante de ejercicio:

  • Menor depresión
  • Menos ansiedad
  • Menos ira
  • Menos desconfianza
  • Mejor imagen de uno mismo
  • Mejor tolerancia al estrés
  • Mejor sueño

Si eres organizado puedes ir al gimnasio o al parque y realizar una rutina de ejercicios y esto sería genial;  pero esto no se debe volver la única condición para mantenerte en movimiento pues puedes también buscar oportunidades durante el día para mantenerte físicamente activo.

Por ejemplo puedes subir las escaleras para llegar a tu oficina en lugar del ascensor, o estaciona tu vehículo a algunas cuadras de tu trabajo para que recorras el resto de la distancia a pie. Si necesitas comprar algo en el supermercado puedes ir en bicicleta, así obtienes doble beneficio pues también  ahorras algo de combustible.

Al tomar conciencia de la necesidad del ejercicio encontrarás los lugares y momentos para cubrirla. Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán respondiendo con mayor energía y vitalidad.

En una singular entrevista realizada al diario El tiempo, el médico neurofisiólogo colombiano Rodolfo Llinás, nos revela según su visión qué es el amor, el amor a primera vista y el amor eterno.

Llinás actualmente es profesor de neurociencia en la escuela de medicina de la Universidad de Nueva York, en la que es además director del departamento de Physiology & Neuroscience, y desempeña la cátedra «Thomas y Suzanne Murphy» en el centro médico de la Universidad de Nueva York.

En definitiva, ¿qué es el amor?

Es un estado funcional, como una golosina, y los enamorados son golosos («que me ame, que me ame»). Eso hace que se sienta rico y que se activen los sistemas de gratificación. Por eso gusta. Claro, eso es indistinto de lo que se ame o a quién se ame. Amar la plata o a alguien del mismo sexo es, funcionalmente, la misma vaina. Eso sí, nunca es demasiado, nadie se muere por exceso de amor. No es como la epilepsia.

¿Y el amor a primera vista?

Funciona como en el cerebro de los pájaros: el patrón de acción fijo estaba activado, disponible y listo cuando apareció la persona que le gustó, y listo.

¿Y el amor eterno?

Ese es de inteligentes que estructuran y modulan los patrones de acción fijos sobre la base de ver al otro como la mano de uno. Cuidarla es mi responsabilidad y viceversa. Saber que no habrá puñalada trapera es la norma. ¡Nunca, primero me matan tres veces! Esa es la clave neuronal del amor eterno, la que mantiene el estado funcional activo y bloquea cualquier cosa que le sea contraria. Es una calidad de estado mental. Si se entiende no hay otra posibilidad que amar al otro; en cambio, querer acostarse con otro y pasarla rico no es amor. Amor es compromiso y cerebralmente está en el cerebro truhán. Uno no se enamora de una mujer porque tiene unas tetas buenísimas, uno se enamora de su cerebro, porque con él se interactúa y se avanza, con las tetas no. Amar es cerebralmente un baile y hay que bailar con el que pueda danzar con el cerebro de uno. Amar es bailar, no hacer gimnasia. Encontrar eso es muy difícil; hallarlo es un tesoro.

Fuente: eltiempo.com

¿Alguna vez has ido a un nuevo lugar pero sentías como si hubieras estado antes ahí? ¿Conociste a alguien por primera vez pero tenías la sensación de que lo habías visto antes? ¿Has estado en una situación totalmente nueva, sin embargo, sentías que te era familiar, y que ya lo habías experimentado? Estas experiencias se llaman déjà vu.

El término «déjà vu» proviene del francés, que significa «ya visto», y describe la experiencia de sentir que uno ha sido testigo o experimentado previamente una situación nueva.
Se dice que la experiencia de déjà vu parece ser muy común, y que el 70% de las personas reportan haberla experimentado al menos una vez en sus vidas.
Qué explicación le podríamos dar a una experiencia de déjà vu:

  1. Es posible que hayas visto las imágenes del lugar en el pasado.
  2. Es posible que hayas leído acerca de un determinado lugar o situación, incluso muchos años antes, y al estar en ese lugar o en una situación similar, se siente como si ya se hubiera experimentado lo mismo antes.
  3. Es posible que hayas visto una película sobre una experiencia similar, y aunque se te haya olvidado que viste esa película, la mente subconsciente todavía lo recuerda, y le da la extraña sensación de estar familiarizado con él.
  4. Es posible que hayas visto el lugar o la situación o algo similar en tus sueños, y ahora te resulta familiar.]
  5. Deja vu también puede ser activado a través de los cinco sentidos. Podría ser un olor, el sabor de la comida, la decoración, la combinación de colores, el tono de la voz, los ruidos de fondo o cualquier otra cosa que desencadena viejos recuerdos. No puede ser que recuerdes conscientemente la situación original que llevó a aquella memoria, pero este recuerdo de haberlo experimentado lo asocia a la experiencia presente.
  6. La vista, la ropa o manera de hablar de la persona o personas, podrían hacerte recordar a alguien con quien alguna vez  compartiste en el pasado.
  7. Algunos dicen que este sentimiento de familiaridad puede ser causado por un estado del cerebro, por factores neuroquímicos durante la percepción que no tienen nada que ver con la memoria.
  8. Las personas que creen en la reencarnación dicen que la razón de déjà vu es que se ha experimentado la misma situación en una vida pasada.

Podría haber muchas más razones y explicaciones para experimentar un déjà vu.

Lo cierto es que la mente es un maravilloso y potente motor que genera todo tipo de experiencias, y que hacen falta muchos siglos de investigación para empezar a entender su mágico funcionamiento.

  1. Hacer lo posible para cambiar la forma de ver las cosas. Siempre mira el lado positivo. La mente te puede arrastrar a pensar en la negatividad y las dificultades. No la dejes. Mira el lado bueno y el aprendizaje de cada situación, por difícil e inconcebible que parezca absolutamente de todas las situaciones aprendemos y cuanto más duras, más marcada nos queda la lección, entonces agradece esa oportunidad de vivir y saca el aprendizaje. De lo contrario, cuando se te presentan situaciones incómodas y difíciles, perderás el rumbo de tu felicidad.
  2. Piensa en soluciones, no en problemas. Cuando pensamos en problemas nos quedamos bloqueados, absortos y sin saber qué hacer. Es mejor darse un respiro y pensar que absolutamente todo en la vida tiene solución y existe por una razón. No son problemas son retos que si se te han presentado es porque dentro de ti está el potencial para superarlos y seguir adelante. Y no todos tenemos los mismos “retos” porque todos tenemos diferentes cosas por superar.
  3. Escucha música relajante, edificante. Este es un alimento directo para tus sentidos.
  4. Mira comedias divertidas que te hacen reír. Y te llevan a un estado de alegría, jocosidad y buena onda.
  5. Cada día, dedica algún tiempo a leer unas cuantas páginas de un libro inspirador o un artículo. Este es un alimento para tu mente.
  6. Cuida tus pensamientos. Cada vez que te encuentres pensando en cosas negativas, empieza a pensar en cosas agradables. Simplemente si vienen estos pensamientos acéptalos déjalos pasar pero inmediatamente piensa en cosas agradables, no dejes que en tu mente se posesionen pensamientos negativos, en cambio llena ese espacio inmediatamente con positivos.
  7. Siempre mira lo que has hecho y no  lo que no tienes. A veces, puedes comenzar el día con el deseo de lograr varios objetivos. Al final del día puede pasar que te sientas frustrado e infeliz, porque no has alcanzado a  hacer todas lo que has planeado.
    Mira lo que has logrado, no te concentres en lo que falta. Es posible que hayas alcanzado mucho durante el día, y sin embargo por faltarte algunas pequeñas tareas te dejas decaer y no ves todo lo bueno que has construído. Es injusto hacia ti mismo. Siéntete feliz por lo que hiciste y piensa que todo tiene su tiempo y lo que te faltó todavía no era la hora de realizarlo.
  8. Cada día haz algo bueno por tí mismo. Date gusto. Puede ser algo pequeño: cómprate un libro, come algo que te gusta, observa tu programa favorito de televisión, ve al cine, o simplemente realiza un paseo en la playa. La misión principal de nuestra vida es ser felices y se vuelve un hábito constante con la suma de pequeñas cosas cada vez.
  9. Cada día produce por lo menos un acto de hacer felices a los demás. Esto puede ser una palabra amable, ayudando a sus colegas, parando el coche en el cruce peatonal para darle paso a las personas, cediendo tu asiento del autobús a otra persona, o dar un pequeño regalo a un ser querido. Las posibilidades son infinitas. Al hacer feliz a alguien, eres feliz y se propaga ese sentimiento, y entonces también la demás gente trata de hacerte feliz.
  10. Todos los días Agradece todo lo que tienes. Cuenta tus dones y ventajas diariamente. Verás que es más lo que tienes que lo que te hace falta. Y tal vez analizando estos dones lo que piensas que te falta puede ser un solo capricho, en realidad estás completo.
  11. No envidies a las personas que son felices. Por el contrario, sé feliz por ti mismo, es una elección y tienes el derecho a aprovecharla. Alguna vez leí que las personas aburridas e infelices hacen mucho daño a la sociedad. Es responsabilidad de cada uno mantenernos felices internamente para reflejarlo al exterior y conseguir una atmósfera positiva de amabilidad.
  12. Rodéate con la gente feliz, y trata de aprender de ellos para ser feliz. Recuerda que la felicidad es contagiosa.
  13. Haz todo lo posible para mantener tu centro, cuando las cosas no procedan según lo previsto y deseado. Encontrarte a ti mismo y aceptar que eres un eterno aprendiz de todo lo que se te presenta en la vida, te ayudará a mantener la calma y controlar sus estados de ánimo y reacciones. Es la aceptación de lo bueno y lo malo y permanecer en equilibrio, tiene mucho que ver con la paz interior y la paz interior es conductor de la felicidad.
  14. Sonríe más a menudo.

La meditación está al alcance de todos y no está reservada sólo para las personas que viven en un ashram o una cueva o para gente cuyo único interés es la espiritualidad.

El convertirla en un hábito trae muchos beneficios a la persona más práctica, y también al más visionario.

En el plano físico, relaja el cuerpo, llena de vitalidad, y restaura la energía, la salud y el equilibrio. Evita el agotamiento por exceso de trabajo o de actividad.

En los niveles emocional y mental, reduce la ansiedad, la preocupación y la cólera; desarrolla paz, tolerancia, y paciencia a nivel interno y hacia el mundo exterior. Las facultades mentales funcionan mejor, y la memoria, la concentración y la fuerza de voluntad se refuerzan.

Se puede vivir una vida normal, con un trabajo y familia, y, sin embargo, al mismo tiempo, meditar y llevar una vida espiritual intensa.

Puedes prepararte poniéndote ropa relajada, velas de incienso, música suave, y esto ayuda mucho al principio, pero no es totalmente necesario, también puedes hacerlo en cualquier lugar sin necesidad de acondicionamientos especiales, pues lo más importante no es el sitio, ropa y la cubierta exterior sino lo que cuenta es la Actitud y lo que sucede en tu interior.

La meditación adecuada y eficaz requiere un poco de fuerza interior. Tiene que haber la ambición, el deseo, la fuerza de voluntad, empuje y la perseverancia. Todas estas cualidades son  las mismas cualidades básicas necesarias para el éxito en el mundo material.

Incluso si eres empleado, diriges tu propio negocio o estás estudiando, puedes sacarle el máximo provecho a esta práctica. El concepto de que la meditación no es para gente práctica es totalmente equivocado.

Aquí hay un método sencillo, práctico y eficaz que aumentará tu tranquilidad y concentración  y del cual se pueden obtener excelentes resultados practicando todos los días durante diez minutos:

  1.  Busca un lugar donde puedas estar solo.
  2.  Siéntate y presta atención a tu cuerpo. Relaja los músculos y alivia cualquier tensión física.
  3. Realiza unas cuantas respiraciones profundas y concéntrate en el flujo del aire cómo ingresa y sale de tu cuerpo.
  4. Observa tus pensamientos como si estuvieras viendo una película carente de interés. Considera tus pensamientos como las aves    que vuelan en torno a una miga de pan. Este trozo de pan es tu atención. Todos esos pensamientos quieren buscar tu atención. Ellos traerán asociaciones, imágenes y sentimientos. Tu trabajo es dejarlos pasar pero sin ahondar en ellos, sin que “cojan la miga de pan”.
    Esos  pensamientos son visitantes que vienen a visitar tu mente. No son los dueños ni los jefes de tu mente, basta con mirarlos cómo se van alejando y no tienes interés en ver esa escena de la película.
  5. Mantente relajado y sin tensiones. No luches contra tus pensamientos, no te sientas enojado y frustrado si no puedes permanecer lejos de ellos. Se trata de un hábito natural que cada pensamiento entra libremente en la mente. Se necesita tiempo y esfuerzo para cambiar este hábito. El secreto del éxito con este ejercicio es el desapego.

Es cuestión de práctica con  determinación, paciencia y constancia y después de varios intentos, se aprende  a meditar para dejar la mente libre de  pensamientos y obtener serenidad,  felicidad y encontrar tu SER INTERIOR.

El octavo planeta estaba habitado por un nativo digital. Tenía un smartphone en la mano y no cesaba de tocarlo con los dedos.

-¡Buenos días! –dijo el principito.

-¡Buenos días! –respondió cortés mente el nativo, pero no alzó la mirada de su aparato. Las yemas de sus dedos no cesaban de posarse sobre la pantalla.

– ¿Qué haces? – preguntó el principito.

– Converso con mis amigos – contestó el nativo sin alzar la mirada.

– Pero estás solo. ¿Dónde están tus amigos?

– Por ahí… Por allá…- contestó el nativo.

– ¿Vamos a mirar un atardecer?

– No puedo – contestó el nativo. – Estoy conversando con mis amigos.

– Pero estás solo.

– No, algunas veces nos vemos en persona. Pero la mayor parte del tiempo nos comunicamos por aquí. Es mucho mejor, no tengo que ir a ningún lado y ellos tampoco.

– ¿Y de qué sirve tener amigos si casi nunca los ves?

– Me ahorra tiempo.

– ¿Tiempo para qué? – preguntó el principito.

– Para conversar con mis amigos.

«Tal vez no vale la pena tener amigos – pensó el principito – si uno siempre va a estar solo.»

Fuente: facebook.com

En tu pensamiento está el primer peldaño para materializar todo lo que tienes a tu alrededor, por eso llena tu mente de pensamientos positivos, visualiza, siente y vibra lo que quieres y ve tras tus sueños.

Cuando nos alteramos, nuestra respiración también se altera también, como fiel reflejo del estado de ánimo por el cual estamos atravezando.

De igual forma, dada su gran influencia de la respiración sobre el sistema nervioso, esta constituye el mejor medio para reestablecer la normalidad física y mental o emocional, y así calmar los nervios y relajarse.

Para recobrar la calma y ejercer control sobre las emociones negativas o estados de temor, angustia, agitación o nerviosismo les recomendamos:

  • Inspirar durante seis segundos.
  • Retener, dos segundos.
  • Espirar durante seis segundos.
  • Hacer una pausa de un segundo y repetir.

Al realizar este ejecicio poner toda la atención en como el aire entra con cada inspiración y como sale de nuestras fosas nasales al realizar  la expiración.

Esa sencilla técnica logra que integremos nuestra mente y cuerpo para formar una unidad interdependiente, inseparable y trascendente. De forma de que todo lo que afecta el espíritu o psique afecta al cuerpo y viceversa.

Practicándola conscientemente puede ayudar a las personas a descubrir el potencial interno que poseen, y a su vez es capaz de modificar los efectos de las influencias negativas externas o internas.

Para alcanzar el éxito lo más importante no es aprender de memoria y guardar los conocimientos, descubrimientos, vida, acontecimientos e historia que vivieron otras personas sino a aprender a “vivir plenamente tu vida” dejando un espacio en tu mente para que puedas pensar y evaluar sinceramente qué es lo que sientes en lo más profundo de tu ser.

Así permites sentirte bien contigo mismo logrando desarrollarte a tus anchas, sin tapujos de ninguna clase, siendo más que honesto contigo,  sin engañarte y conociéndote cada vez mejor.  Esta armonía entre lo que sientes, piensas y haces se ve reflejada en la relación que tienes con las demás personas y el mundo que te rodea en un ambiente de prosperidad y fluidez.

Es lo primero que hacemos al nacer y lo último cuando morimos.

Es lo que nos tiene conectados a la vida y al universo. Es una de las formas de alimentarnos a través de Prana o energía vital y que necesitamos para desempeñar todas las funciones de nuestro organismo.

Se puede pasar cuatro días sin tomar agua, diez días sin comer sólidos pero sin respirar escasamente unos minutos. Y somos conscientes de ello?  Es algo que se hace automáticamente, casi ni lo percibimos y con el estrés y el agitado modo de vivir en nuestra sociedad moderna descuidamos por completo.

Hay varios tipos de respiraciones como se explica en el artículo de la respiración completa.

Debemos siempre reflexionar sobre la importancia de la respiración pues además de ser esencial para todas las funciones vitales,  a través de ella también:

  • Podemos lograr concentrarnos mejor y tener un óptimo rendimiento en nuestro trabajo.
  • Calmar y controlar emociones como el enfado, asombro y otras más que nos nublan la mente instantáneamente y nos hacen tomar decisiones equivocadas. Por algo hay un dicho que dice: “cuando estés enfadado, antes de actuar cuenta hasta 10”, es para dar espacio a que la respiración oxigene tu cerebro y refresque tus ideas.
  • Tener una mejor resistencia en actividades físicas. Cuando haces ejercicio en gimnasio, o escalas una montaña, levantas pesas, etc., si manejas la respiración al ritmo de tus movimientos,  puedes alcanzar mejores niveles y con un nivel de desgaste inferior.
  •  Es el puente que conecta el mundo material, físico, con nuestra mente y espíritu, es por eso que es el primer paso para la meditación y el encuentro con nuestra esencia, nuestra espiritualidad.  Al concentrarnos en nuestra respiración podemos empezar a escuchar nuestro cuerpo y sus otras funciones como la circulación, digestión, lo que nos permite aquietar nuestra mente y encontrarnos con nuestro interior, con nuestra Chispa Divina y entender mejor la razón y el aprendizaje de nuestra existencia.