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Todos hemos escuchado la conocida frase «El tiempo es oro», que hace referencia a que el tiempo es el recurso más valioso que tenemos en nuestras vidas y desafortunadamente es el que más desperdiciamos.

Una de las formas en que lo desaprovechamos más comunes es que evitamos vivir en el momento presente, en el aquí y ahora pues ocupamos nuestro tiempo pensando en el pasado(lo que puede generar depresión si no ha sido muy grato o si no lo hemos aprovechado correctamente) o en el futuro(puede generar ansiedad debido al miedo constante que tenemos al cambio y a lo desconocido).
Otra forma de dejar pasar nuestro tiempo es permitirnos entretener en situaciones que nos desvían de nuestros objetivos, que pueden ser generadas por otras personas(y somos incapaces de decir no) o incluso por nosotros mismos.

En ocasiones pareciera que se nos pasa el tiempo volando o se escapa de nuestras manos o que tenemos tantas tareas por hacer que no sabemos ni por dónde comenzar.

Lo cierto es que el adecuado y eficiente manejo del tiempo es indispensable para cualquier empresa y este recurso bien utilizado puede hacer la diferencia entre el éxito y el fracaso en cualquier proyecto que emprendamos.

Se puede hacer una comparación del Tiempo con una Maleta:
Si organizo bien doblada la ropa y aprovecho todos los agujeros, me caben muchas cosas (maleta) o puedo realizar muchas cosas(tiempo).
Pero si empaco atiborrado y sin saber hacia dónde voy puedo llevar cosas que no utilizaré o me podrán faltar algunas que sí necesito, además de que no me van a caber. Igualmente en la comparación si no hago una correcta planeación y aprovecho todos los espacios en el día tampoco me alcanza en tiempo.

La diferencia entre el éxito y el fracaso se encuentra en nuestra actitud  frente a los reveses, obstáculos, desalientos y otras situaciones de frustramiento.

Aquí relacionamos cinco pasos que ayudan a transformar la derrota en victoria:

  1. Estudia los reveses para abrirte camino al éxito. Cuando pierdas, saca lo mejor para aprender y así vencerás la próxima vez.
  2. Ten el valor de ser tu propio crítico constructivo. Busca tus faltas y debilidades y corríjelas.
  3. Deja de culpar a la suerte. Investiga cada descalabro. Encuentra lo que anda mal.Culpar a la suerte nunca conduce a dónde queremos ir.
  4. Mezcla la persistencia con la experimentación. Permanece con tu meta pero no golpees tu cabeza contra la pared. Prueba nuevos recursos. Experimenta.
  5. Siempre hay un lado bueno en toda situación. Encuéntralo, observa el lado bueno y no te dejes vencer por el desaliento.

Extracto del libro  «La Magia de Pensar en Grande» autor David. Schwarts

Los días en que estamos con la agenda a reventar y demasiadas tareas por cumplir  – una bandeja de entrada de correo desbordante, las reuniones, compromisos, trabajos por hacer – es fácil acabar saltando de una tarea a la siguiente, sin hacer ningún progreso real.

Cuando tienes mucho por hacer, es necesario un plan. Así lo puedes desarrollar:

  1. Haz una lista. Es imposible concentrarse cuando  estás pensando constantemente «No me puedo olvidar del correo electrónico para enviar a Pepito» o «Tengo que llamar a María, etc». Al empezar tu día escribe todo lo que hay que hacer hoy. No necesariamente una lista compleja y tampoco te preocupes por el orden de ejecución todavía, sino anota todo lo que debes hacer.
  2. Selecciona las Prioridades. Una vez realizada la lista, averigua qué es lo más importante que debes realizar en el día y qué se puede delegar o aplazar. Este es un filtro que te permitirá enfocarte y acortar la lista lo más que puedas.Luego ponle un orden de ejecución a cada tarea, podrías hacer primero las más importantes y que te demandan más tiempo o puedes preferir hacer pequeñas tareas fáciles que te den una sensación de empuje y de optimización de tiempo para realizar el resto.
    Puedes poner algún tipo de marca en tus primeras tareas, segundo y tercero(uno, dos y tres asteriscos o si prefieres números o colores)De esta manera,  puedes relajarte y seguir adelante con sus tareas en orden, sabiendo que estás actuando de manera eficiente, y que serás capaz de conseguir todas las cosas importantes por hacer.
  3. Resiste la tentación de realizar varias tareas. Por muy tentador que parezca tener tu correo electrónico abierto en una ventana mientras se responde a los tweets de otra y atender el teléfono a la vez… no lo hagas. No puedes concentrarte en varias cosas, todo al mismo tiempo porque terminas  haciendo tonterías u olvidando terminar parte de alguna tarea.Cada vez que te encuentras tratando de hacer frente a varias cosas a la vez, parar. Recuerda que trabajas con mayor eficacia cuando se completa la tarea A antes de pasar a la tarea B.
  4. Trabaja de forma constante, toma descansos. Ninguno de nosotros puede enfocar durante horas a la vez -, pero cuando estamos ocupados, a menudo lo intentamos. Esto sólo conduce a un ritmo más lento, errores y dilaciones. (Por ejemplo podrías decir que sólo vas a ver Facebook con rapidez a la espera de un archivo para descargar, y luego  terminas haciendo clic en los enlaces, dejar comentarios, enviar mensajes de feliz cumpleaños … y se te va el tiempo en el dichoso descanso, postergando lo demás)Para evitar este tipo de cosas, realiza descansos regulares.Trabaja y  para, por ejemplo, realizas un informe durante  45 minutos, luego tomas un descanso de 5 o 10 minutos para estirar las piernas y tomar un vaso de agua. Cuando sabes que tienes un descanso por venir,  es mucho más fácil mantener la concentración.

Esperemos que estos días agitados no los tengas muy a menudo pero si son una constante en tu vida busca maneras de hacer cambios y  aprende a manejar adecuadamente tu tiempo o también  puedes o hablar con tu jefe sobre tu carga de trabajo.

  1. Hacer lo posible para cambiar la forma de ver las cosas. Siempre mira el lado positivo. La mente te puede arrastrar a pensar en la negatividad y las dificultades. No la dejes. Mira el lado bueno y el aprendizaje de cada situación, por difícil e inconcebible que parezca absolutamente de todas las situaciones aprendemos y cuanto más duras, más marcada nos queda la lección, entonces agradece esa oportunidad de vivir y saca el aprendizaje. De lo contrario, cuando se te presentan situaciones incómodas y difíciles, perderás el rumbo de tu felicidad.
  2. Piensa en soluciones, no en problemas. Cuando pensamos en problemas nos quedamos bloqueados, absortos y sin saber qué hacer. Es mejor darse un respiro y pensar que absolutamente todo en la vida tiene solución y existe por una razón. No son problemas son retos que si se te han presentado es porque dentro de ti está el potencial para superarlos y seguir adelante. Y no todos tenemos los mismos “retos” porque todos tenemos diferentes cosas por superar.
  3. Escucha música relajante, edificante. Este es un alimento directo para tus sentidos.
  4. Mira comedias divertidas que te hacen reír. Y te llevan a un estado de alegría, jocosidad y buena onda.
  5. Cada día, dedica algún tiempo a leer unas cuantas páginas de un libro inspirador o un artículo. Este es un alimento para tu mente.
  6. Cuida tus pensamientos. Cada vez que te encuentres pensando en cosas negativas, empieza a pensar en cosas agradables. Simplemente si vienen estos pensamientos acéptalos déjalos pasar pero inmediatamente piensa en cosas agradables, no dejes que en tu mente se posesionen pensamientos negativos, en cambio llena ese espacio inmediatamente con positivos.
  7. Siempre mira lo que has hecho y no  lo que no tienes. A veces, puedes comenzar el día con el deseo de lograr varios objetivos. Al final del día puede pasar que te sientas frustrado e infeliz, porque no has alcanzado a  hacer todas lo que has planeado.
    Mira lo que has logrado, no te concentres en lo que falta. Es posible que hayas alcanzado mucho durante el día, y sin embargo por faltarte algunas pequeñas tareas te dejas decaer y no ves todo lo bueno que has construído. Es injusto hacia ti mismo. Siéntete feliz por lo que hiciste y piensa que todo tiene su tiempo y lo que te faltó todavía no era la hora de realizarlo.
  8. Cada día haz algo bueno por tí mismo. Date gusto. Puede ser algo pequeño: cómprate un libro, come algo que te gusta, observa tu programa favorito de televisión, ve al cine, o simplemente realiza un paseo en la playa. La misión principal de nuestra vida es ser felices y se vuelve un hábito constante con la suma de pequeñas cosas cada vez.
  9. Cada día produce por lo menos un acto de hacer felices a los demás. Esto puede ser una palabra amable, ayudando a sus colegas, parando el coche en el cruce peatonal para darle paso a las personas, cediendo tu asiento del autobús a otra persona, o dar un pequeño regalo a un ser querido. Las posibilidades son infinitas. Al hacer feliz a alguien, eres feliz y se propaga ese sentimiento, y entonces también la demás gente trata de hacerte feliz.
  10. Todos los días Agradece todo lo que tienes. Cuenta tus dones y ventajas diariamente. Verás que es más lo que tienes que lo que te hace falta. Y tal vez analizando estos dones lo que piensas que te falta puede ser un solo capricho, en realidad estás completo.
  11. No envidies a las personas que son felices. Por el contrario, sé feliz por ti mismo, es una elección y tienes el derecho a aprovecharla. Alguna vez leí que las personas aburridas e infelices hacen mucho daño a la sociedad. Es responsabilidad de cada uno mantenernos felices internamente para reflejarlo al exterior y conseguir una atmósfera positiva de amabilidad.
  12. Rodéate con la gente feliz, y trata de aprender de ellos para ser feliz. Recuerda que la felicidad es contagiosa.
  13. Haz todo lo posible para mantener tu centro, cuando las cosas no procedan según lo previsto y deseado. Encontrarte a ti mismo y aceptar que eres un eterno aprendiz de todo lo que se te presenta en la vida, te ayudará a mantener la calma y controlar sus estados de ánimo y reacciones. Es la aceptación de lo bueno y lo malo y permanecer en equilibrio, tiene mucho que ver con la paz interior y la paz interior es conductor de la felicidad.
  14. Sonríe más a menudo.

Es posible conservar una capacidad cerebral y salud mental activa a lo largo de nuestra vida.

Los adultos mayores que llevan una alimentación balanceada y con los nutrientes necesarios, realizan ejercicio físico constante y se mantienen ocupados con el paso del tiempo pueden incluso mejorar la capacidad cerebral y evitar su deterioro por vejez.

Acciones sencillas se pueden seguir constantemente para mantenernos en forma también a nivel cerebral.

Además de alimentarnos y respirar adecuadamente, realizar alguna actividad física como caminar o trotar 3 veces por semana,  es importante el dormir el tiempo necesario para renovarnos en caso contrario podemos ver afectada nuestra inteligencia espacial que también es llamada visual y es la que nos permite movilizarnos sin chocar con  las paredes o tropezar con baches . La inteligencia espacial muestra nuestra capacidad de interpretar ciertos datos relacionados con lo que vemos o con lo que sucede a nuestro alrededor. Aquellos que se orientan con facilidad y encuentran el camino en un lugar que desconocí­an a priori suelen poseer, por lo general una inteligencia espacial muy desarrollada.

Lo anterior es lo mínimo para sostenernos pero si queremos cada vez mejorar la capacidad cerebral debemos tener en cuenta que cuando aprendemos y repetimos procesos, la ejecución de los mismos se va volviendo casi mecánica, la rutina no nos favorece mucho por eso hay algunos puntos que podemos practicar:

Hacer diferente las cosas: por ejemplo utilizar la mano no dominante para algunas labores que no habíamos intentado hacer. Si siempre utilizamos la mano derecha para manipular el cursor del ratón, intentar hacerlo con la mano izquierda. Esta sencilla tarea hará que tu cerebro establezca algunas conexiones nuevas y tenga que repensar la forma de realizar las tareas diarias. Ponte el reloj en la mano contraria para que recuerdes el reto del cambio de mano en las tareas. Aunque al principio nos parezca un poco complicado, con la práctica se puede manejar perfectamente e incluso luego utilizar cualquiera de las dos manos.

Mejorar memoria, atención:A veces nos pasa que nos encontramos con personas  conocidas pero al saludarlas no las podemos llamar por su nombre porque no lo recordamos y cuando se van nos queda el pensamiento de “cómo se llamaba?” y lo tienes en la punta de la lengua pero…..no no te acuerdas.  Pero no te quedes ahí sigue esforzando tu cerebro hasta lograr acordarte del nombre.  Para mejorar la memoria puede ayudar  tratar de recordar los números telefónicos de familiares y amigos y marcarles sin mirar en la agenda.  Puede que nos demoremos un poquitín más o que marquemos errado antes de mirar los apuntes pero estamos ejercitando nuestra memoria y atención.

Aprender cosas nuevas cada día:Puedes leer libros de temas diferentes a los que acostumbras , aprender a cocinar con nuevos tipos de recetas. Aprender otro idioma. Adquirir nuevos pasatiempos. Es salirte de la rutina.
Aprender una nueva habilidad pone a trabajar a múltiples áreas cerebrales. Tu memoria entrará en juego, aprenderás nuevos movimientos y asociarás las cosas de un modo diferente.

Interacción social: conversar, contar historias y al mismo tiempo interactuar con otras personas que tienen formas de ver la vida diferente a la nuestra, con gustos y experiencias diferentes, además de ser ameno y divertido, nos permite ordenar nuevas ideas en la cabeza y desarrollar nuestros procesos cerebrales.  Mantener unas relaciones sociales fluidas, con llamadas de teléfono simplemente para contar cualquier cosa, también ayuda al cerebro a una mejor planificación.

Aquí un video para ampliar más en el tema.

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“Los buenos desempeños de los trabajadores pueden llegar a desaparecer si no reciben ningún tipo de reconocimiento, aprecio o valoración por la labor que realizan”: B. F. Skinner. Claro, muchos jefes pensarán que recibimos un salario por hacer nuestro trabajo, sin embargo lo bueno que uno hace como empleado podría ser apreciado por los superiores.

Un especialista del tema asegura que: “todos parecen entender que no es fácil que te suban el sueldo o que es algo que puede que ni esté entre los poderes del jefe directo, pero escatimar una palabra amable, un apoyo especial, un reconocimiento del esfuerzo realizado… eso ya es más difícil de comprender”.

¿Por qué a los jefes les cuesta tanto felicitar a sus subordinados? Para otros es egocentrismo. Les cuesta felicitar a los empleados porque nos encanta el reconocimiento individual y nos olvidamos de pluralizar y compartir con los demás los logros.

¿Qué se puede hacer al respecto? Lo primero es olvidarse de la actitud del jefe malo; la obsesión por pillar en una falta a los empleados y orientarse a lo que los demás van a hacer bien.

Hay que pensar positivamente, hay que ser conscientes de que a todos nos gusta que nos reconozcan el esfuerzo y no que sólo nos critiquen lo que no hacemos bien. Hay que intentar ver más allá de los resultados, y valorar también las actitudes. Hay muchas cosas que podemos reconocer: el compañerismo, la colaboración, la asunción de riesgos, la toma de decisiones, la autosuficiencia, la iniciativa.

Las felicitaciones son positivas, pero deben estar justificadas y no convertirse en rutinario. La primera vez que uno recibe un reconocimiento surte efecto, pero si se hace rutinario pierde valor. Es importante felicitar cada vez que se quiera reforzar una conducta, pero luego debe hacerse de forma irregular.

Eso sí, hay que tener en cuenta que es mejor pasarse que quedarse corto. Una felicitación de menos puede ser suficiente para tirarse el ánimo de un colaborador.

No hay que esperar ver los resultados para felicitar, lo mejor es hacerlo en el camino hacia la consecución de objetivo: valorar el esfuerzo, la ampliación de la jornada, la sobrecarga de tareas, la actitud. Reconocer lo que ya se ha conseguido es una obviedad que tiene mucho menos impacto en el ánimo del empleado.

Alfonso Fouce, psicólogo infantil y Marc Giner, psicopedadgogo y logopeda, han realizado un amplio listado donde enumeran los errores que los padres cometen frecuentemente con sus hijos; muy negativos para su desarrollo y equilibrio emocional.

1. Comprarle todo aquello que nos pida.

2. Darle siempre la razón cuando tenga un problema.

3. Dejarle que hable mal, todos sus amigos lo hacen.

4. Ponerle un televisor y/o un ordenador en su habitación (con acceso ilimitado a internet por supuesto y si puede ser con la playstation)

5. Avergonzarnos cuando hace una rabieta.

6. No darle abrazos ni besos, ni decirle lo importante que es para nosotr@s.

7. No exigirle en relación a la escuela ni en las tareas de la escuela.

8. No castigarle ni llamarle la atención sobre su conducta nunca.

9. Castigarle cada día.

10. Que la madre le diga que no a una cosa y el padre la consienta o viceversa.

11. Chillarle o estresarnos cada día para que haga lo que le exigimos.

12. No jugar ni hablar tranquilamente nunca con él o ella.

13. No establecer ni unos horarios ni unas reglas del juego mínimas.

14. No pedirle que colabore con la casa en las cosas que están a su alcance.

15. Permitirle las mismas cosas que a sus hermanos mayores, o prohibirles a estos porque sino el pequeño se enfada o hace una rabieta.

16. No enseñarle unas normas y/o valores, sean del tipo que sean.

17. Creer que nuestro hijo siempre nos miente, acabará haciéndolo.

18. Creer que nuestro hijo es malo, acabará siéndolo.

19. No darle buen ejemplo.

20. No hacer lo que les decimos a ellos que deben hacer.

Al principio de toda relación de pareja, la relación pasa por una etapa de enamoramiento donde las expectativas románticas, fantásticas e idealizadas son la base sobre la que se construyen las expectativas de futuro de la relación de pareja.

Es en esta etapa donde los enamorados viven en un sueño en el que todo es fantástico y maravilloso, incluso aquellas cosas que no les agradan las ven hermosas.

En el momento en que la pareja decide compartir una vida en común “convivir”, el enamoramiento y la fantasía disminuyen y la realidad que hasta ahora no veían empieza a hacerse más clara. Es entonces cuando la pareja empieza a descubrir las dificultades que existen en la convivencia con la otra persona.

Compartir el espacio, compartir el tiempo y compartir gran parte de todo aquello que configura a cada persona no es fácil y requiere tiempo y esforzó.

Por otro lado el hecho que cada individuo sea un mundo en particular y haya vivido una experiencias concretas conlleva, en muchas ocasiones, a que los dos individuos de la pareja tengan puntos de vista diferentes a cerca del concepto o de relación de pareja, del matrimonio, de los roles, de la familia, etc. y esta oposición de idea, creencias y perjuicios causan discrepancias y provocan que la relación entre en conflicto.

Existen unos pilares que son básicos para fomentar una buena relación de pareja, estos son básicamente:

  • La motivación (una actitud positiva de cara a la relación).
  • Afecto y sexualidad (dar tanto como recibir, y disfrutar de una vida sexual sana).
  • La comunicación (el diálogo equilibrado y positivo en busca de soluciones).
  • El Respeto y la confianza (respetar y cuidar les espacios y las necesidades propias de la pareja).
  • Empatia (ponerse en la situación del otro y ser comprensivo).
  • Cooperar (compartir las tareas propias de la vida de pareja en todo momento).

La procrastinación o posposición es la acción o hábito de postergar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes y agradables. Se trata de un trastorno del comportamiento que tiene su raíz en la asociación de la acción a realizar con el cambio, el dolor o la incomodidad.

Puede ser psicológico, físico o intelectual. El término se aplica comúnmente al sentido de ansiedad generado ante una tarea pendiente de concluir. El acto que se pospone puede ser percibido como abrumador, desafiante, inquietante, peligroso, difícil, tedioso o aburrido, es decir, estresante, por lo cual se autojustifica posponerlo a un futuro sine die idealizado, en que lo importante es supeditado a lo urgente.

1. Encuentra sus razones. Muchas veces, dilatar una tarea no se debe tanto a la tarea en sí, como a la forma en que está planteada. “Debo terminar esto, y debería ponerme en ello ya“. ¿Qué parte del enunciado nos mueve a procrastinar? Modifica la forma en que te planteas tus deberes, y añade motivadores: “Entre más pronto termine, podré seguir con la nueva temporada…”.

2. No estás obligado a hacer nada. La obligación implica rechazo: Tengo que, debo de, estoy abligado a… son enunciaciones que nos victimizan y posibilitan rechazar pasivamente nuestras tareas. Proscrastinar, vaya. ¿Cómo solucionarlo? Un simple y seguro “haré” en tus tareas pendientes del día: Haré el presupuesto, Haré la comida, Haré… Sin condenas, sólo lo que harás.

3. Enfócate en comenzar. Es un lugar común muy difundido que para realizar una tarea no hay como visualizarse terminándola. Lo cierto es que para el procrastinador el problema no es terminar, sino comenzar. De manera que lo mejor para salir de la inmovilidad no hay como verse haciendo lo que se podría empezar a hacer inmediatamente, comenzando de una vez

4. Divide en pequeños etapas. No escribas todo el libro, sólo una página a la vez. Cualquier tarea puede dividirse en etapas menores, y al realizar esas etapas, hay que centrarse en la siguiente. No visualices el aterrador conjunto, sino sólo el siguiente paso.

5. No seas perfeccionista. Perfeccionismo es igual a inseguridad, y no hay mayor motor para la procrastinación que el pánico provocado por la inseguridad. Avanza antes que perfecciona. Imponte realizar varias etapas al día, y revisa al final de la jornada, no durante. Permítete el error, y avanza en tus tareas.


Hace unos meses, me sentía un poco fatigado en mi trabajo, y no por la carga de mis tareas, sino porque me di cuenta que mi actividad cero me estaba asfixiando. No tenía ningún tipo de actividad física, y eso me estaba perjudicando, entonces decidí realizar la consulta a mi médico particular y me explicó que mi estilo de vida era producto del sedentarismo.

Al principio no le di mucha importancia, pero me di cuenta que lo que me decía era verdad,  y que debía cambiar este estilo de vida sedentaria, él me comentó que había leído un artículo en una revista, que en 1992, la American Hear Asociation, basada en un gran número de evidencias científicas acumuladas en las últimas décadas, realizó un anuncio oficial de gran importancia médica:

La vida sedentaria fue oficialmente ascendida a un factor de riesgo de enfermedad coronaria”. Esto significa que la vida sedentaria por si sola, puedes llegar al cierre arterial, a la arterioesclerosis y al infarto, producto de la falta o insuficiente cantidad de actividad física

Todas las personas deberíamos realizar gimnasia compensatoria (cuya función es fortalecer los músculos débiles y elongar los cortos) para combatir la unilateridad. Para eso hay que notar cuando ésta exige adoptar ciertas medidas. Para ello disponemos de un sistema de alarma rápida: la parte perjudicada emite señales que anuncian cansancio y si persiste la carga se siente dolor.

Empezar mi día tomando o comiendo cualquier galleta, todo el día sentado, pendientes del email  y el teléfono, para llegar al almuerzo y devorar cualquier comida grasosa en un restaurante o confitería, consumiendo una  gaseosa o vaso de vino.

Hay que proponerse a cambiar. Que tal seguir estos pasos:

  • Levantarme una hora antes de mi horario normal.
  • Realizar 30 minutos de actividad física y descansar durante 15 minutos.
  • Desayunar con frutas y cereales.
  • A media mañana y a media tarde tomarme un descanso de 20 minutos en mis tareas mientras  tomo una colacion, sin celulares y fuera del lugar de trabajo.
  • Almorzar ensaladas o comidas bajas en grasa.