Es increíble cómo puede afectar la falta de una alguna especie en nuestro planeta. Es hermoso observar cómo sin darnos cuenta dependemos de esta interacción entre seres de diferentes especies.
Cada ser tiene una función y misión especial y si se extingue cambiaría radicalmente todo el funcionamiento del planeta incluso podría desencadenar las extinciones de otras especies incluída la humana.
Este es el caso de las Abejas que son los polinizadores más importantes en frutas, verduras, flores y cultivos los animales de granja. Más de un tercio de la producción agrícola del planeta depende de la polinización de las abejas.
Estas pequeñas compañeras de planeta nos dan un servicio importantísimo para nuestra alimentación, pero ellas no se dan cuenta de ello pues lo hacen solamente buscando su alimento, ya que toda la proteína que necesitan en su dieta la obtienen del polen y los carbohidratos que sacan del néctar de las flores. Mientras ellas se pasean en el supermercado de la naturaleza de flor en flor, van realizando la polinización tan necesaria para que se generen nuevos frutos y semillas.
Desde la segunda guerra mundial, la población de abejas ha mermado considerablemente. Las cifras apuntan un descenso de colonias de abejas de más del 50% con respecto a 1945. Sin embargo, hay lugares en el planeta en los que ya las abejas se han extinguido. Según Marla Spivak, esto se debe a que se cambiaron las prácticas agrícolas, pues antes las plantaciones agrícolas se protegían con cultivos de cobertura que nutrían el suelo naturalmente como trébol y alfalfa. El cambio actual y desde esta época es que se fertiliza con agentes sintéticos, se utilizan herbicidas para matar insectos y «malas hierbas» y muchas de estas últimas son plantas con flores que necesitan las abejas para sobrevivir. Adicionalmente , llegó la era del monocultivo que traducido para las abejas es un desierto verde enorme donde sólo puede encontrar un tipo de alimento o nada.
En países donde no hay abejas se les paga a personas para que realicen la polinización de manera manual, pero los resultados son poco o nada significativos en comparación con los realizados por las abejas. En otros países, se trasladan a los grandes monocultivos camiones cargados de cajones repletos de abejas en su interior, con el fin de soltarlas y que realicen la polinización.
Einstein dijo alguna vez «si las abejas desaparecen de la superficie de la Tierra, entonces al hombre le quedan sólo cuatro años de vida». Estamos en un punto crucial para hacer un cambio , si queremos seguir existiendo.
Soluciones? Algunas universidades como Sheffield y Sussex ubicadas en el Reino Unido y Harvard y Northeastern ubicadas en Estados Unidos trabajan en la creación de modelos de abejas mecánicas y enjambres de abejas-robot en miniatura capaces de polinizar las flores, haciendo el trabajo más duro de estos incansables insectos.
Pero y qué pasa con el propóleo, miel, jalea real? Que también son productos valiosos que estas amiguitas fabrican. Y si el problema apareció desde que cambiamos la agricultura natural por una más artificial llena de productos sintéticos, será prudente seguir por el camino de esta artificialidad creando «nuevos modelos robóticos» de seres vivos? Acaso debemos estudiar más alternativas y soluciones?
En esta maravillosa conferencia dictada por Marla Spivak puedes ampliar esta información y encontrar las acciones a seguir por cada persona para ayudar a las abejas, que además de sencillas, nos llenarán de colores y aromas nuestros jardines:
Plantar flores nativas amistosas con las abejas y no contaminar con pesticidas estas flores por ejemplo: lavanda, salvia, nepeta, cilantro, tomillo, hinojo, borraja, azafrán, ranunculus, alcea, anémone, galanto, geranio, caléndula, aliso de mar, amapola, girasol, zinnia, cleome, heliotropo y muchas más.