Evita la angustia
Para no caer en las manos de la depresión que te aniquila, evita el exceso de trabajo, la prisa en tus tareas y la falta de descanso adecuado.
Cualquiera que sea tu ocupación, realizarla de la mejor manera, concentrándote en ella, con el ánimo sereno.
Si algo te sale mal, niégate a maldecir, a renegar y a manifestarse agresivo.
No te destruyas. Tómalo con calma, pues tu serenidad es una fuente de salud y eficiencia.
Recuerda que el signo más claro de la sabiduría es la serenidad constante.