Los niños son nuestros grandes maestros. Cuando los observas sin juzgar puedes dejarte contagiar de su inocencia y sabiduría.
Al no estar tan condicionados como los adultos tienen claro el sentido de la vida: hacer lo que te gusta y disfrutarlo. Cuando descubrimos nuestra verdadera vocación con la que nos sentimos plenos y felices, el resto (dinero, recompensa) vendrá por añadidura y sobra tiempo y entusiasmo para Jugar, Reír, Cantar, Bailar, dejar salir toda la espontaneidad interior.
Te invitamos a que disfrutes este fabuloso video donde una hermosa niña le recuerda estas enseñanzas a su padre.
https://www.youtube.com/watch?v=6j-NyoHRnYo