Si dejas escapar el presente leyendo estas líneas, ten en cuenta que tan pronto como las acabes será demasiado tarde. Habrás perdido el tiempo. Actúa, muévete: Enfréntate al futuro asumiendo los posibles riesgos que conlleva: No vivirás para siempre. Cada minuto puede ser el último.

Ric Elias tenía un asiento en primera fila en el vuelo 1549, el avión que hizo un aterrizaje forzoso en el río Hudson en Nueva York en enero de 2009. ¿Qué pasó por su mente mientras el siniestrado avión caía?

Si el sacrificio de tu vida personal es infructoso, deja de asumirlo y disfrútalo. 
En caso contrario: Plantéatelo.

«I choose to be happy»… Creo que ahí está la solución a todo. En nuestras manos está elegir lo que queremos

Hay mucha gente que prefiere tener razón antes que ser feliz…

[campo nombre=video]

La forma como nos comunicamos  con el mundo afecta de manera positiva o negativa nuestras relaciones. Siempre debemos buscar la mejor manera para decir las cosas, pues una misma verdad genera diferentes resultados de acuerdo a la forma cómo se comunique. Aquí una historia sacada de Las Mil y una noches que nos hace reflexionar al respecto.

En un país muy lejano, al oriente del gran desierto vivía un viejo Sultán, dueño de una inmensa fortuna.

El Sultán era un hombre muy temperamental además de supersticioso. Una noche soñó que había perdido todos los dientes. Inmediatamente después de despertar, mandó llamar a uno de los sabios de su corte para pedirle urgentemente que interpretase su sueño.

– ¡Qué desgracia mi Señor! – exclamó el Sabio – Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de Vuestra Majestad.

– ¡Qué insolencia! – gritó el Sultán enfurecido – ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí!

Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos, por ser un pájaro de mal agüero. Más tarde, ordenó que le trajesen a otro Sabio y le contó lo que había soñado. Este, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo:

– ¡Excelso Señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que vuestra merced tendrá una larga vida y sobrevivirá a todos sus parientes.

Se iluminó el semblante del Sultán con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro. Cuando éste salía del Palacio, uno de los consejeros reales le dijo admirado:

– ¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños del Sultán es la misma que la del primer Sabio. No entiendo por qué al primero le castigó con cien azotes, mientras que a vos os premia con cien monedas de oro.

– Recuerda bien amigo mío –respondió el segundo Sabio– que todo depende de la forma en que se dicen las cosas… La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la enchapamos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura, ciertamente será aceptada con agrado…

– No olvides mi querido amigo –continuó el sabio– que puedes comunicar una misma verdad de dos formas: la pesimista que sólo recalcará el lado negativo de esa verdad; o la optimista, que sabrá encontrarle siempre el lado positivo a la misma verdad».

Los pensamientos reclaman nuestra atención sin cesar, y a veces nos hacen perder nuestro tiempo y energía en asuntos sin importancia e inútiles. Ellos realmente gobiernan nuestra vida. Nos hemos acostumbrado tanto a esta esclavitud, que lo damos por sentado, y se han convertido en un hábito inconsciente, excepto en ciertas ocasiones.

Si bien en la respiración, no es necesario prestar atención a cada inhalación y exhalación. Llegamos a ser conscientes del proceso de la respiración, sólo cuando tenemos alguna dificultad con ésta, por ejemplo, cuando la nariz está obstruida, debido a un resfriado, o cuando estamos en una habitación sin ventilación.

Lo mismo sucede con el pensamiento. Llegamos a ser conscientes de la constante agresión de nuestros pensamientos y de nuestra incapacidad para calmarlos, sólo cuando es necesario concentrarse, resolver un problema o estudio. También somos muy conscientes de ellos cuando tenemos preocupaciones o temores.

El trabajo que requiere de fuerza física, como el transporte de cargas pesadas, por ejemplo, desarrolla la fuerza física. Sin embargo, no es como hacer ejercicio todos los días al gimnasio de manera sistemática. Es lo mismo con la concentración. Leyendo, estudiando y tratando de prestar atención a lo que hacemos, desarrollamos parte de esta capacidad, pero la práctica de ejercicios diligentemente cada día es algo más, es como un entrenamiento en un gimnasio.

Un discípulo y su maestro estaban caminando por el bosque. El discípulo estaba preocupado por el hecho de que su mente estaba en agitación constante.

Le preguntó a su maestro: «¿Por qué las mentes de la mayoría de la gente están inquietas, y sólo unos pocos poseen una mente tranquila ¿Qué se puede hacer para aquietar la mente?»

El profesor miró al discípulo, sonrió y dijo:

«Voy a contarte una historia. Un elefante estaba de pie recogiendo las hojas de un árbol para comerlas cuando una pequeña mosca se le acercó volando y zumbando cerca de su oído. El elefante se la sacudió moviendo sus largas orejas. La mosca volvió nuevamente y el elefante se la sacudió una vez más.
Esto se repitió varias veces. Entonces el elefante le preguntó a la mosca:

«¿Por qué estás tan inquieta y ruidosa? ¿Por qué no te quedas calmada por un tiempo en un mismo lugar?»

La mosca contestó: «Me siento atraída por todo lo que veo, oigo o huelen mis cinco sentidos, y todo lo que sucede a mi alrededor, me conduce constantemente en todas direcciones, y no lo puedo resistir ¿Cuál es tu secreto ¿Cómo puedes mantenerte tan tranquilo y quieto? «

El elefante dejó de comer y le dijo:

«Mis cinco sentidos no gobiernan mi atención. Estoy en control de mi atención, y puedo dirigirla donde yo quiera. Esto me ayuda a sumergirme en todo lo que hago, y por lo tanto, mantener mi mente centrada y tranquila. Ahora que estoy comiendo, estoy totalmente inmerso en la comida. De esta manera, puedo disfrutar de mi comida y masticar mejor. Puedo controlar mi atención, y no al revés, y esto me ayuda a estar tranquilo.»

Al oír estas palabras, los ojos del discípulo se abrieron y una sonrisa apareció en su rostro. Miró a su maestro y le dijo:

«¡Ya entiendo! Si mis sentidos controlan mi mente y mi atención, mi mente estará constantemente agitada. Por otro lado, si estoy al mando de mis cinco sentidos, podré hacer caso omiso de sus inquietudes, entonces mi mente se calmará».

«Sí, eso es correcto», respondió el maestro, «La mente es inquieta y se dirige donde está la atención. Controla tu atención, y controlarás tu mente.»

Un ejemplo de que con perseverancia, disciplina y dedicación podemos lograr todo lo que nos propongamos es el del atleta sudafricano Oscar Pistorius, quien participó representando a su país en los juegos olímpicos de Londres 2012 sin limitarle el hecho de que para correr utiliza prótesis transtibiales construídas en fibra de carbono.

Oscar Pistorious, nació sin sus huesos peronés, por lo cual a sus once meses de vida le fueron amputadas sus dos piernas. Pero esto no fue impedimento para que Pistorious se desenvolviera en diferentes deportes a pesar del esfuerzo que requería y las burlas de sus compañeros de colegio. Primero rugby y waterpolo, luego natación y por último (sin dudas con el que más éxitos logró) atletismo.

Con el atletismo participó en:

  • Los Juegos Paraolímpicos de Atenas 2004 consiguiendo medalla de oro en 400m y medalla de bronce 100m.
  • En 2008 en los Juegos Paralímpicos de Pekín logró tres medallas doradas en los 100, 200 y 400 metros.

Pero él quería desempeñarse en los juegos olímpicos pues se considera igual que cualquier otro atleta y dice: «Yo no soy un inválido, simplemente no tengo piernas. Además, todo el mundo tiene alguna discapacidad… las peores son las del espíritu”.

Y para lograr su sueño además de su esfuerzo físico, le tocó superar barreras  legales ante el Tribunal de Arbitraje del Deporte demostrando a la Federación Internacional de Atletismo que sus piernas ortopédicas no le otorgaban “alguna una ventaja” con respecto a otros atletas no discapacitados.

Después de aclarado ese asunto, el apodado “Blade runner” o “el hombre más rápido sin piernas”, fue seleccionado para participar en los el Mundial de Atletismo de Daegu de Corea del Sur 2011 en 400 metros y en el relevo 4×400, donde llegó hasta las semifinales y ganó la medalla de plata con el equipo sudafricano en el relevo 4×400.

El 4 de julio de 2012 el Comité Olímpico Sudafricano confirmó al atleta para asistir a los Juegos Olímpicos Londres 2012 convirtiéndose en el primer atleta con doble amputación que logra estar en una cita olímpica.

Su participación en los olímpicos de Londres tuvo quienes estaban a su favor y otros en contra y aunque no consiguió medallas abrió las puertas para continuar su exitosa carrera con pasión demostrando que los únicos límites que tenemos son los que nosotros mismos nos trazamos; que los obstáculos se pueden convertir en incentivos y motivaciones y que todo es posible.

También dio a conocer las palabras que su madre le escribió cuando era pequeño y que lleva grabadas en su mente y alma: «Un perdedor no es quien llega  último sino aquél que se sienta y mira y nunca ha intentado correr».

Para  desarrollar esta capacidad  tenemos que entrenar nuestras mentes. La mayoría de la gente piensa que la concentración es una actividad extenuante y agotadora, y que implica esfuerzo y  tensión, que es difícil y desagradable.

Esta creencia comienza a una edad temprana. Los padres y maestros esperan que los niños al estudiar, hagan su tarea y obtengan buenas calificaciones. Esto lleva a los niños un sentimiento de estar obligados y forzados a hacer algo que no les gusta hacer. Cuando es demasiado frecuente que no se concentran lo suficiente, desarrollan una aversión para la concentración, y  a menudo para estudiar también. Cuando crezcan, no es de extrañar que sus poderes de concentración sean débiles y no tengan ningún deseo de forzar sus mentes.

La concentración puede ser divertido si se aborda de la manera correcta. Se debe practicar con alegría, actitud positiva, optimismo, y la comprensión de sus grandes posibilidades.

Para la mayoría de nosotros, no es una perspectiva realista evitar situaciones de estrés por completo. En su lugar, tenemos que encontrar maneras de reducir nuestros niveles de estrés en el día a día, para hacer frente a las diferentes situaciones a lo largo de nuestro camino por la vida.

Aquí están seis cosas simples que puedes hacer – hoy, o al menos esta semana – para reducir sus niveles de estrés.

1. Realizar algunas respiraciones profundas

Es demasiado simple y puede reducir el estrés al instante. Siéntate tranquilamente y realiza unas cuantas respiraciones lentas y profundas.
También te recomendamos establecer un momento del día para concentrarte en tu respiración – esta es una forma de meditación que muchas personas utilizan.

2. Preguntar: «¿esto importará en un año?»

Un mini-desastre como perder un documento importante, o quedarse fuera de la casa sin llaves, o recibir una llamada telefónica de un cliente enojado puede sentirse como una verdadera crisis.

La mayoría de las cosas, sin embargo, se desvanecen en importancia después de unos pocos días o semanas. En un año, ¿estos mini-desastres tienen algún impacto en tu vida? Es casi seguro que no. Recordando constantemente que «esto también pasará», se puede evitar un poco la ansiedad asociada a situaciones de estrés.

3. Aceptar ayuda de otras personas

Algunas personas piensan que pedir ayuda los hace parecer débiles. La verdad es que ninguno de nosotros puede lograr grandes cosas solo: todos necesitamos un poco de ayuda en el camino. Al permitir que otras personas te ayuden, les das la oportunidad de crecer y aprender contigo.

4. Reducir las fuentes de estrés

Esto puede parecer tan obvio que no vale la pena mencionar – pero ¿realmente has hecho un esfuerzo por reducir las cosas que te causan estrés? Si te encuentras estresado cada vez que vas de compras a un centro comercial  lleno de gente, por ejemplo, puedes optar por comprar en línea en tu casa u oficina.

La próxima vez que algo te provoca estrés, toma unos minutos para pensar sobre las maneras para eliminarlo de tu vida – o para reducir el tiempo que  gastas en ello. Siempre hay opciones.

5. Mejorar sus habilidades de administración del tiempo.

Si estás corriendo todo el tiempo y no te alcanza el día para realizar tu trabajo, tal vez tengas un problema con la dilación, o  para priorizar las diferentes tareas. Cualquiera que sea el problema exacto, leer un buen libro sobre la gestión del tiempo, o realizar listas de prioridades con tiempos de ejecución puede hacer un mundo de diferencia.

6. Hacer ejercicio de forma regular

Cuando haces ejercicio, tu cuerpo libera endorfinas, que te hacen sentir bien naturalmente. El ejercicio regular puede incluso ayudar a reducir los síntomas de la depresión leve o ansiedad.
Trata de estar más activo esta semana, y verás que te sentirás menos estresado.

Le preguntaron al Dalai Lama:

– ¿Qué es lo que más le sorprende de la Humanidad?

Su respuesta fue:

– El hombre… Porque sacrifica su salud para ganar dinero.

Y cuando lo consigue sacrifica  su dinero para recuperar la salud.

Y, está tan ansioso por  el futuro, que no disfruta el presente;

el resultado es que no vive ni en el presente ni en el futuro;

vive como si nunca fuese a morir… y entonces muere  sin haber vivido realmente nunca.

Una persona realmente inteligente limpia sin cesar su espíritu y mente. De hecho, tú, cada día dedicas un momento al aseo corporal y material, ¿pero cuánto tiempo consagras a limpiar tu mente y tu alma?

Una ley espiritual asegura que el pensamiento determina nuestro comportamiento.

Tu alma y mente están condicionadas por un sistema de emociones y creencias que te conviene reprogramar. Según la ley de atracción, llamas a tu vida lo que crees y piensas.

Si tus creencias y emociones son negativas, a tu vida llegará lo oscuro, porque eso es lo que atraes, pero si son de amor y satisfacción, tu mente, alma y vida se llenarán de luz y paz. Elige limpiar tu alma de todo lo que la contamina.

La desconfianza, el miedo, el rencor, la culpa, la infravaloración y el orgullo, son basura. En especial, necesitas ser muy cuidadoso con estas siete emociones tóxicas: Odios, culpas, miedo, rabia, tristeza, celos, envidia. Busca por todos los medios que lo exterior, por más horrible que parezca, no afecte tu mundo interior. Eso es lo que logra el sabio y, por eso, permanece imperturbable cuando todos se alteran.

Una gran ayuda para estar armonizado y tener buenas emociones es regalarte pausas refrescantes para relajarte, orar y meditar. Puedes hacerlo en silencio o con música serena; también, visualizando algo hermoso o enfocado en tu respiración pausada. Hay muchas formas de meditar, y una de ellas es hacer muy bien lo que estás haciendo, sin distracciones.

Vive lo que haces cuando comes, caminas, lees o te bañas. Haz eso y nada más que eso. Hagas lo que hagas, hazlo totalmente, inmerso en lo que vives y apartado de todo lo demás. Entonces, no es raro que, de pronto, te sientas como flotando, en un estado sereno de fluir como el agua.

Parece raro, pero pocas personas logran hacer algo con toda el alma, porque su mente anda errática. Mientras comen o se bañan ella está en otro lugar, y necesitan aquietarse y controlar a la ‘loca de la casa’.

Por eso dijo un sabio: “cuando te sientes, siéntate; cuando camines, camina; cuando ores, ora”. Aprende a respirar, huye del ruido y el acelere, y vive lo que haces en un estado de meditación serena y sin temores.

Al violento y el envidioso casi siempre un gran miedo los apresa, devora y desequilibra. Ese miedo, en buena medida, nace de una gran inseguridad y serios vacíos emocionales.

El agresor infunde temor, quiere mostrar una fuerza que no tiene, y atacando, camufla su debilidad y fantasmas internos. El miedo es el motor de muchas reacciones dañinas: agresión, ira, engaño, envidia, celos. ¿Cómo amansar el temor? Reconociéndolo, afrontándolo, amándose y buscando la paz interior. Cuando un agresor recibe amor se desarma, ya que no hay antídoto más poderoso que el amor puro.

Con amor, trató Jesús a todos, cambió corazones, sanó heridas internas y llenó todo de luz. Haz todo con amor y verás como las tempestades se calman y los espíritus se desarman.

Autor: Gonzalo Gallo

A veces, podemos encontrar grandes poderes de concentración en nosotros mismos. Cuando de verdad y sinceramente deseamos sobresalir en nuestros estudios, aprobar un examen importante o resolver un problema, este poder se hace disponible. En estos casos la concentración surge debido a alguna necesidad o deseo, pero el desarrollarla de una manera sistemática, nos permite controlarla, y tener la posibilidad de utilizarla intencionalmente, cada vez que sea requerida.

Para ello, es necesario practicar ejercicios especiales a diario. Desarrollando este poder de concentración se puede lograr:

  • Control de tus pensamientos.
  • La capacidad de enfocar tu mente.
  • La paz de la mente.
  • Liberarte de pensamientos inútiles y molestos.
  • La capacidad de elegir tus pensamientos.
  • Mejor memoria.
  • Confianza en ti mismo.
  • Fortalecer la voluntad.
  • Rapidez en tomar decisiones
  • La capacidad para estudiar y comprender con mayor rapidez.
  • Aumento de felicidad.
  • Mayor capacidad para desarrollar habilidades psíquicas.
  • Uso más potente y eficiente de la visualización creativa.
  • Mayor capacidad de meditar.
  • Y mucho más …