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Procesar las grasas le tarda mucho al sistema digestivo, incluso esta es aún mayor que la de carbohidratos y un poco más que la digestión de las proteínas.

El cuerpo humano utiliza las grasas como fuente de calor y energía, como una capa de  aislamiento de los órganos y nervios. También para la absorción de vitaminas solubles en grasas como la A, D, E y K pero los que utilizamos son las llamadas grasas buenas que provienen de alimentos como ls nueces y de los vegetales ricos en grasas.

En el caso de los fritos las grasas se saturan y se vuelven difíciles de digerir. Asi los almidones contenidos en estas frituras, como las papas, yuca son más difíciles de convertir en azúcares y finalmente estos alimentos de esta manera se vuelven nutritivamente inútiles y difícil de ser eliminados por el cuerpo.

Lo ideal es que minimices la cantidad de grasas en preparación de los alimentos, procura que la principal fuente de grasas en tu dieta sea proveniente de las nueces, las semillas y de los vegetales ricos en grasas tales como el  aguacate y el  coco.

Lo mejor es usar el aceite de oliva de ser posible de primera presión en frio y si vas a sofreír algo que el tiempo en que se caliente este sea el mínimo posible, para que no alcance la temperatura de saturación.

 

Una sexóloga noruega publicó que las relaciones amorosas entre compañeros de trabajo favorecen al rendimiento laboral.

Ella planteaba que uno de cada cinco empleados ha tenido romances en la oficina y una de cada 10 parejas se conoce allí. Según esto, las relaciones amorosas entre compañeros de trabajo proporcionan un mayor rendimiento laboral y crean un ambiente más distendido. Como en todo, hay aspectos positivos y negativos para evaluar.

Pro: El amor prohibido puede ser caliente y apasionado.

Contra: Puede que deba mantener su relación en secreto. Si sus compañeros de oficina se enteran, se puede convertir en una situación incómoda y si eventualmente la relación termina puede llegar a ser aún más desagradable.

Pro: Usted tiene conocimiento de la ética laboral de su pareja y de cómo se comunica con los demás. Entonces, podrá hablar abierta y honestamente acerca de los proyectos actuales o de sus compañeros de trabajo.

Contra: No siempre van a estar de acuerdo con sus decisiones de negocio o su actitud hacia los compañeros de trabajo.

Pro: Usted tiene la rara oportunidad de ver a otros de manera más enérgica, motivada y fuerte.

Contra: Si tienen una discusión o terminan, usted tendrá que ocultar sus sentimientos personales hacia los demás en la oficina.

Pro: Estar emocionado de ir a trabajar por la mañana e incluso estar muy motivado para verse mucho mejor.

Contra: Si terminan, tendrá miedo de ir al trabajo y de tener que interactuar con su ex pareja de una manera profesional.

Pro: Muchas veces se pasa por alto la fase de conocerse antes del noviazgo.

Contra: Conocer demasiados datos personales acerca de una persona puede hacer que sea difícil respetar de manera profesional al otro cuando trabajan juntos.

Pro: Es muy emocionante lograr algo profesional juntos.

Contra: En los momentos de ascenso profesional, los compañeros de trabajo estarán propensos a pensar que hay conflictos de interés y no podrá ser tan objetivos para la toma de decisiones.

Pro: Es bueno tener el mismo horario y regresar a casa al mismo tiempo.

Contra: Puede llegar al punto de no tener espacios para realizar actividades independientes a las de su pareja.

Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar…

decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas,

decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución,

decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis,

decidí ver cada noche como un misterio a resolver,

decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.

Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos.

Aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar, descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui.,

Me dejó de importar quién ganara o perdiera; ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer.

Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir.

Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien “Amigo”.

Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, “el amor es una filosofía de vida”.

Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente; aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás.

Aquel día decidí cambiar tantas cosas… Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad.

Desde aquel día ya no duermo para descansar… ahora simplemente duermo para soñar.

(Walt Disney)


No hay que dejarse llevar por el mal humor, el desespero y el estrés en épocas de austeridad: serán tus principales enemigos al momento de ordenar tu cabeza financieramente.

Ya sea que estés terminando tu época de estudiante o pases por un traspié en tu vida laboral, estar desempleado requiere obligatoriamente de un ahorro previo.

Invierta lo que alcanzó a ahorrar. Es fundamental que tengas un fondo para movilizarte durante la etapa de búsqueda de empleo. Hojas de vida, trasportes e incluso ropa presentable son inversiones necesarias cuando de tocar puertas se trata. Tu liquidación o tus pesos ahorrados deben ser gastados con papel y calculadora en mano.

Seguro de empleo. Gestionar este tipo de planes con el banco en el que tienes tu cuenta de ahorros es sencillo. Algunas entidades cobijan a sus clientes desde este monto. El subsidio por desempleo o el seguro de paro cubre hasta máximo seis meses y debes realizar el procedimiento a un mes de tu retiro, como fecha tope.

Hablando de necesidades básicas. Cuando se acostumbra a costearnos todo, las necesidades se hacen mayores y más difíciles de cubrir, así que hay que ser cautelosos al momento de tasar, por ejemplo, tus implementos de aseo, actividades de ocio, ropa y demás.

Bareje opciones. Es un buen momento para replantearte lo que quieres hacer con tu vida profesional y financiera, pero antes pregúntate qué tan capacitado estás para enfrentar un nuevo rol dentro de otro ámbito laboral al que no estás acostumbrada; cuántas oportunidades económicas y de crecimiento personal hay actualmente en esa área,  es o no suficiente el dinero con el que cuentas para esa etapa de transición.

Ninguna deuda. Que el desespero no te lleve a endeudarte con dinero que no tienes a la vista. Deja pasar un tiempo prudente antes de concluir que ya no te queda ni un peso de reserva. Cuando esto suceda, endéudate con lo mínimo.

Los expertos dicen que tener 30 años o más, haber estudiado una carrera y hasta haber hecho una especialización y seguir dependiendo de los padres significa gastar el dinero que los propios padres necesitarán para la vejez.

De igual manera, esta figura se convierte en una errada opción que afecta el desarrollo personal, económico y sicológico del hijo que se niega a asumir independencia.

Ahora, si la persona genera recursos, pero le cuesta desligarse de la familia, puede traerle problemas de tipo emocional a él, porque a futuro carecerá de las habilidades para formar un nuevo hogar y hasta de cómo llevar una economía familiar.

Un argumento que podría salirle al paso al de la situación de la dependencia económica de los hijos muy adultos de sus padres es que en el país no hay oportunidades. Sin embargo, en los padres también existen ciertos prejuicios para dejar que los hijos aprendan a ser independientes, un caso típico es de las madres que hacen todos a los niños, no les exigen esfuerzo ni les enseñan el valor del trabajo.

Al crecer, a muchos les da vergüenza desarrollar actividades, no se arriesgan, no toman iniciativa, es decir se crean una serie de miedos que no dejan avanzar y terminan por afectar las economías domésticas.

Esto indica que desde pequeños se está enseñando que no hay puertas abiertas y solamente ese pensamiento ya está cerrando oportunidades. Por difícil que sea la situación en un país las oportunidades sí existen, existe para aquellos que reconocen que trabajar y esforzarse generara una ganancia


“Los buenos desempeños de los trabajadores pueden llegar a desaparecer si no reciben ningún tipo de reconocimiento, aprecio o valoración por la labor que realizan”: B. F. Skinner. Claro, muchos jefes pensarán que recibimos un salario por hacer nuestro trabajo, sin embargo lo bueno que uno hace como empleado podría ser apreciado por los superiores.

Un especialista del tema asegura que: “todos parecen entender que no es fácil que te suban el sueldo o que es algo que puede que ni esté entre los poderes del jefe directo, pero escatimar una palabra amable, un apoyo especial, un reconocimiento del esfuerzo realizado… eso ya es más difícil de comprender”.

¿Por qué a los jefes les cuesta tanto felicitar a sus subordinados? Para otros es egocentrismo. Les cuesta felicitar a los empleados porque nos encanta el reconocimiento individual y nos olvidamos de pluralizar y compartir con los demás los logros.

¿Qué se puede hacer al respecto? Lo primero es olvidarse de la actitud del jefe malo; la obsesión por pillar en una falta a los empleados y orientarse a lo que los demás van a hacer bien.

Hay que pensar positivamente, hay que ser conscientes de que a todos nos gusta que nos reconozcan el esfuerzo y no que sólo nos critiquen lo que no hacemos bien. Hay que intentar ver más allá de los resultados, y valorar también las actitudes. Hay muchas cosas que podemos reconocer: el compañerismo, la colaboración, la asunción de riesgos, la toma de decisiones, la autosuficiencia, la iniciativa.

Las felicitaciones son positivas, pero deben estar justificadas y no convertirse en rutinario. La primera vez que uno recibe un reconocimiento surte efecto, pero si se hace rutinario pierde valor. Es importante felicitar cada vez que se quiera reforzar una conducta, pero luego debe hacerse de forma irregular.

Eso sí, hay que tener en cuenta que es mejor pasarse que quedarse corto. Una felicitación de menos puede ser suficiente para tirarse el ánimo de un colaborador.

No hay que esperar ver los resultados para felicitar, lo mejor es hacerlo en el camino hacia la consecución de objetivo: valorar el esfuerzo, la ampliación de la jornada, la sobrecarga de tareas, la actitud. Reconocer lo que ya se ha conseguido es una obviedad que tiene mucho menos impacto en el ánimo del empleado.

En la vida como en el ajedrez el único que tiene que moverse hacia adelante es el peón. ¿Cómo jugarse la vida? ¿Vale la pena ser Rey?  Copiamos esta reflexión realizada por el Docente Sergio A. Castrillón. Profesor de Negocios Internacionales de Eafit, esperamos que sirva de reflexión a nuestro lectores.

Como ciudadano, no deja uno de escandalizarse frente a los múltiples escándalos de corrupción, las tentaciones del dinero fácil y las ilusiones del arribismo social que seducen a nuestros jóvenes profesionales.

Como profesor universitario, es preciso ir más allá de la indignación, pues se hace imperativo ser parte de la solución, ir más allá de los lamentos, pues con rasgar las vestiduras no necesariamente contribuimos a encaminar mejor las futuras generaciones.

Así pues, en estos días me puse en la tarea de auscultar las razones por las cuales nuestros estudiantes, siguen dejándose descrestar (literalmente, corriendo además el riesgo de perder sus testas, junto a las decorativas crestas) por las promesas efímeras del éxito cortoplacista y el esfuerzo mínimo. Se me ocurrió pensar que quizás nunca han leído a Estanislao Zuleta elogiando la dificultad, y que seguramente desconocen a Hesíodo, que desde hace siglos rescataba la importancia del trabajo para hacer realidad los anhelos de justicia, en los días de la humanidad.

Aunque son lecturas encantadoras, y la filosofía ciertamente es parte de la solución en el largo plazo, creo que también conviene pensar en modelos mentales más lúdicos, que desaten además la imaginación y faciliten la tolerancia frente a la incertidumbre (pues de alguna forma, el apego a los logros, puede interpretarse como una aprehensión hacia la incertidumbre).

¿Cómo transmitir entonces el mensaje, que el éxito no lo es todo, o qué el proceso es más importante; o como dice el poeta, que lo importante no es el punto de llegada, sino el camino que se recorre?

Se me ocurrió entonces pensar en el ajedrez, donde la figura más humilde, ignorada y masiva, puede interpretarse como una metáfora excelente para repensar nuestros patrones de conducta social.

En nuestras sociedad vemos reinas que se mueven sin restricción alguna; quizás seduciendo con su belleza, tal vez financiadas por algún capo de agujeros negros, centros de fuerzas gravitatorias difíciles de contener. También vemos caballos que saltan con ímpetu y presteza, sin consideración alguna por los demás. Muchos alfiles, avanzan con destreza, diagonalmente, con posibilidad de reversar y cambiar de rumbo, sin comprometerse en la orientación, cubiertos con un cierto manto de sacralidad. También observamos torres que reflejan solidez, que protegen y con rapidez cubren vastos territorios; que pueden ir y volver, desplegando fuerza. Obviamente también encontramos el rey, que todos quieren proteger y servir, el centro de la lisonja y servil atención de los demás, que renuncian a su propio destino, sacrificándolo en función de otra ficha, que simplemente ostenta una jerarquía mayor.

Sin lugar a dudas, todas las figuras son valiosas dentro del ajedrez, y nos permiten esbozar símiles para pensar la sociedad. Cada figura permitiría ahondar la reflexión explorando sus significados dentro de la sociedad actual, o interpretando su lugar en la génesis y evolución del juego. Pero hoy, le quiero dar protagonismo al peón, pues en la vida y en el juego, representa un modelo de acción, honesta y determinada.

El peón es la figura más similar al ser humano: es la más frágil del tablero, la de mayoritaria presencia, la más vulnerable, por su posición y contextura. Sin embargo, su debilidad se convierte en potencia, pues siempre debe mirar hacia adelante, y su restricción de poder avanzar sólo una casilla a la vez, le otorga una constancia inigualable. El peón no puede retroceder, sus diagonales son pequeñas y orientadas, siempre en función del norte, muy parecido al ineludible destino de la gran población, que con pequeños logros construye su proyecto de vida, un día a la vez; sin recurrir a atajos ni privilegios.

¿Por qué no atrevernos a proponer distintos modelos para nuestros estudiantes y profesionales? ¿Por qué no desechamos de nuestro inconsciente colectivo el modelo del rey, la más inútil de las fichas, inherentemente lento, ambiguo y condenado a esconderse? Aunque la idea no es ofrecer una apología a la iniquidad ni a la asimetría social, repensar el role del peón nos ayuda a reivindicar la idea del mérito y la persistencia; del trabajo honesto, de quienes se esfuerzan, a veces se sacrifican, pero nunca claudican.

Los peones nunca caen como cocos, pues nunca suben como palmas. No pueden refugiarse en solapados enroques, ni tienen un séquito de servidores que generan barreras que los aíslan de la realidad. Los peones están a la vanguardia, son los pioneros, son quienes abren el juego, y a la postre son los únicos capaces de transcender, de convertirse en algo más, de transformarse y potenciar sus capacidades. En una sociedad como la nuestra, todo eso es bastante loable y nada despreciable.

Fuente: dinero.com


No es fácil identificar a un líder aunque todos necesitamos de ellos. Lo que sí sabemos es que no es el que manda o el que tiene el poder.

Un líder es una persona que ejerce su influencia de una manera muy particular, sin violencias, sin imposiciones, con máxima sencillez. Líderes fueron Jesucristo, Mahatma Gandhi, etc. No lo fueron Mussolini, Hitler, Atila? Es inherente al término líder el que sea positivo, proactivo, dicen ahora, que desarrolla. Los últimos fueron tiranos, dictadores, caudillos, adalides, pero no líderes.

El liderazgo no depende del dinero o de la posición social, es algo más profundo.

  • Un líder es un ser humano que se ha desarrollado a sí mismo, se conoce, tiene capacidad de reflexión, de pensamiento, autoestima.
  • Es responsable de sus actos y da la cara siempre. Sabe que se puede equivocar en sus acciones y es el primero en reconocer, aprender y corregir el error. Eso sí, sabe que no se puede equivocar en sus intenciones.
  • El líder conoce su misión. Sabe a dónde va y en qué está porque quien no sabe a dónde va no sabe dónde está.
  • Cree en sí mismo. Tiene claras sus debilidades y sus fortalezas.
  • No depende de los otros en lo esencial pero trabaja y fortalece el trabajo en grupo, basado en el respeto.
  • Asume lo difícil, no le saca el cuerpo, sabe que las dificultades son la mejor forma de desarrollarse y de aprender.
  • Siempre es agradecido con la vida misma y con los demás y por ello siempre está celebrando algo.
  • No pierde el tiempo juzgando a otros, solo se juzga a sí mismo para avanzar.
  • Tiene la capacidad de arriesgar aunque lo haga bajo ciertas seguridades.
  • Es intuitivo, capacidad que está por encima de la inteligencia y el conocimiento.
  • Conoce y acepta los imposibles, no lucha contra ellos pero tiene al mismo tiempo la capacidad de lograr metas que parecían imposibles.
  • Se apasiona por la causa. Ama profundamente lo que hace y desborda un entusiasmo que contagia a los demás.
  • Entre las dos fuerzas que mueven al mundo, el odio y el amor, escogió contundentemente el amor, porque es la única manera como su vida tiene sentido y sirve para algo.
  • No descuida las cosas pequeñas. Aunque tiene la capacidad infinita de soñar, sabe que la vida cotidiana la hacen las acciones cotidianas.
  • Domina sus temores aunque tema. Y es especialmente sencillo.

Como ven, líderes hay pocos, pero que los hay los hay y ¡hay que creer en ellos!

Fuente:  elcolombiano.com

Estos son desarrollados por el investigador Robert Cialdini, quien es profesor de Marketing y de Psicología en la Universidad Estatal de Arizona, galardonado con el Premio Regents de Servicio a la Educación Superior, una de las distinciones más importantes al mérito académico, en su obra «Influence» explica de una forma tremendamente práctica los mecanismos que rigen la persuasión. Cialdini realiza un análisis detallado de los  factores que llevan a una persona a decir “si” en una situación determinada.

Estos 6 principios de Cialdini se basan en aprovechar algunos patrones de conducta interiorizados de manera colectiva en la psique humana, con el fin de influir en el comportamiento de los demás, estos son los siguientes:

1. Comparación: si otros lo hacen tú también deberías. Algunas series de televisión incluyen una risa de fondo, ya que se ha visto que, en estos casos, la gente ríe más. Los mendigos suelen poner algunas monedas en el cuenco, debido a que la gente está menos dispuesta a echar monedas si está vacío.

2. Atractivo. Según Roger Ailes, asesor de las campañas de los presidentes Bush y Reagan «si le gustas a quienes te oyen te perdonarán casi cualquier cosa». La gente atractiva es más persuasiva y consigue cosas más fácilmente. Esto es debido a que solemos estar de acuerdo con las personas que nos gustan y a pensar que están en lo cierto.

3. Autoridad: si la fuente es una autoridad en el tema se la suele creer. Consiste en utilizar dentistas para anunciar dentífricos o veterinarios para anunciar comida para perros. En EEUU se utilizó a un actor para anunciar analgésicos representando el mismo papel de médico que hacía en una famosa serie de televisión. ¡Y funcionó! Lo que demuestra que hay muchos cerebros perezosos por ahí.

4. Compromiso: cuando tomamos una postura debemos mantenerla. Si vemos un anuncio de un producto que nos interesa a buen precio y estamos dispuestos a comprarlo, es difícil que cambiemos de opinión incluso si al llegar a la tienda sólo tienen un producto idéntico pero más caro.

5. Reciprocidad. Un pequeño regalo acompañado de una oferta de suscripción a una revista puede persuadirnos para que nos suscribamos a ella. Es decir, nos dan algo y una vez que lo aceptamos nos vemos obligados a dar algo a cambio.

6. Escasez: si es escaso es bueno. La gente suele sentirse más persuadida a comprar algo cuando se trata de una liquidación, cuando sólo tiene un determinado periodo de tiempo para comprarlo, si su número es limitado, se trata de una oferta especial de fin de semana, etc.


«Las enfermedades mentales son responsables de una pérdida muy significativa de fuerza de trabajo, de altas tasas de desempleo y de una gran incidencia en las bajas por enfermedad y en la reducción de la productividad en el trabajo», señala el estudio Sick in the Job? Myths and Realities about Mental Health at Work.

Se trata de una materia difícil de analizar donde muchos elementos importantes aún no se conocen o no se comprenden, precisan los expertos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que apuntan que uno de los principales problemas es que en torno al 80 % de los afectados no recibe tratamiento.

Una clave para la productividad es «asegurar que los empleados mantengan sus trabajos», señala la organización con sede en París, que detecta que aquellos con los citados problemas tienen un tasa de absentismo laboral superior al resto de empleados y a menudo con bajas más prolongadas. Sin embargo, muchos trabajadores con desórdenes mentales no se toman una baja pero rinden por debajo de sus posibilidades», lo que incide en la productividad de la empresa.

Hasta el 88 % de los trabajadores con problemas mentales reducen parcialmente la productividad de la empresa para la que trabajan, agrega esa organización. La mayoría de los afectados sufre «desórdenes mentales moderados», tales como ansiedad o depresión, que muchas veces coexisten.

La incidencia de ese tipo de casos resulta más onerosa para la sociedad que el de los «desórdenes mentales severos», teniendo en cuenta «todos los costes para el sistema de salud, la seguridad social y los empresarios», señala la OCDE.

Los sistemas de salud, que se centran principalmente en los casos severos, no están correctamente equipados para tratar los casos moderados y no investigan lo suficiente en ese tipo de pacientes, subrayan los expertos, que recomiendan «prevención en lugar de reacción».

También las empresas pueden ayudar a reducir el problema, asegurando unas «buenas condiciones de trabajo para evitar tensiones laborales» y favoreciendo prácticas de gestión suaves.

A los responsables laborales se les recomienda, además, controlar el tipo de bajas laborales «para detectar ausencias prolongadas o repetidas lo antes posible» y aportar el apoyo adecuado, lo que puede evitar «despidos innecesarios provocados por enfermedades mentales».

Y es que aquellas personas con desórdenes mentales moderados tienen entre el doble y el triple de posibilidades de estar en el paro que el resto de trabajadores, mientras que aquellos con problemas severos tienen hasta 7 veces más opciones de encontrarse en situación de desempleo, agrega la OCDE.

Por eso, otra de las claves para atajar ese problema social que identifica la OCDE pasa por tratar a los desempleados, identificando correctamente el problema, aportándoles el tratamiento adecuado y trabajando con el mundo empresarial para que puedan encontrar trabajos.