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¿Alguna vez te has imaginado cómo reaccionarías ante alguna circunstancia que se te presenta en el camino?
Pues en los siguientes vídeos podemos observar qué hacen las personas en Noruega al encontrarse en una estación de transporte público primero a un niño de unos once años y días más tarde a un hombre adulto (en el segundo video) ambos con mucho frío y necesitando abrigo.

Siendo la misma situación, el mismo lugar, al cambiar la edad de la persona, cambia también la reacción de los transeúntes.

https://www.youtube.com/watch?v=4uL6DmI2-lk

«La flexibilidad infinita es el secreto de la inmortalidad»

Al igual que una palmera que se adapta a la velocidad de los vientos huracanados, en lugar de resistirse, un cuerpo y una mente flexibles nos permiten adaptarnos a los cambios inevitables que nos trae la vida.

Extracto del libro Las Siete Leyes Espirituales de Yoga del autor Deepak Chopra.

«A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota»

Madre Teresa de Calcuta

serenidad

La experiencia de un momento está determinada por aquello en lo que centres tu atención en ese instante.

Cuando desplazas tu atención por decisión propia, estás utilizando la voluntad.

Cuando tu atención fluye hacia los pensamientos, dejas de estar verdaderamente presente en la realidad de cada momento. Los pensamientos vagan por el pasado o por el futuro; en lugares y situaciones imaginarios. Atrapado por ellos, permaneces «perdido en tus pensamientos».

Curiosamente, tu cuerpo no lo sabe, y reacciona como si tus pensamientos fueran reales. Si te enredas en pensamientos sobre una pelea que tuviste con alguien, tu cuerpo liberará adrenalina preparándose para «pelear». De hecho el cuerpo convierte los pensamientos cuánticos en una realidad física. Y paga un alto precio por ello.

Cuando tu atención fluye hacia la mano, permanece en el presente. Tu mano está aquí y ahora. No es una idea de una mano, pasada o futura. Y lo mismo pasa con cualquier parte del cuerpo: existe en el presente. Mantener la atención en la mano u otra parte del cuerpo es una manera de anclarte en el presente.

Fragmento del libro «Clean» del Dr. Alejandro Junger

Segundo a segundo vamos tejiendo el hilo de nuestra vida y de las decisiones que tomamos y llevamos a la acción se desencadena el resto de nuestra existencia.

En el día tenemos 86.400 segundos, son 86.400 nuevas oportunidades para aprovechar y tomar decisiones. Cuando tomamos estas decisiones desde lo más profundo de nuestro ser, desde nuestra esencia y no desde nuestra mente impulsada por condicionamientos externos, logramos desarrollarnos plenamente auténticos: Fortalecemos nuestro ser y no nuestro «tener que».

Utiliza cada segundo que pasa por tu vida para hacer las cosas que te hagan feliz. En este cortico video puedes observar gráficamente lo que pasa cuando aprovechas o no la mayor riqueza que tenemos a nuestra disposición: el tiempo.

En el universo existen varias leyes que rigen todo cuanto existe, una de ellas es la dualidad o polaridad. Esta ley se manifiesta en todos los seres y acontecimientos, y ha sido explicada en varias culturas de diferentes maneras pero con el mismo fondo.

Está expresada como una de las leyes Universales del Kybalión, también es el principio del Ying y el Yang, el cual promulga que no hay algo que sea totalmente negro o totalmente blanco, siempre lo frío tiene algo de calor y el calor tiene algo de frío, en la salud hay enfermedad y en la enfermedad hay salud, y en un determinado momento se pueden revertir estas condiciones. Por ello al juzgar estamos viendo solamente una parte del todo, solamente un grado.

Este principio de dualidad lo podemos observar aún más claro en el comportamiento humano pues al mismo tiempo que tenemos inmensas y abundantes virtudes podemos tener infinidad de defectos, de nosotros depende qué lado vamos a escoger para seguir el camino de nuestra vida.

En la siguiente historia que aparece en el libro “La culpa es de la Vaca 2” se puede ver un ejemplo de este comportamiento, si la historia es verídica, no lo sabemos, pero de acuerdo a la ley de dualidad cabría en el mar de posibilidades.

LA ÚLTIMA CENA

La obra titulada La última cena, de Leonardo Da Vinci, fue pintada en un período de siete años. Las imágenes que representan a los doce apóstoles y a Jesús al parecer fueron retratos de personas reales. Cuando se supo que Da Vinci pintaría esta obra,  cientos de jóvenes se presentaron ante él para ser seleccionados. La persona que sería el modelo para ser Cristo fue la primera en ser seleccionada.

Da Vinci buscaba un rostro que reflejara una personalidad inocente, pacífica y que a  la vez fuera bien parecido. Buscaba un rostro libre de los duros rasgos que deja la vida intranquila del pecado. Finalmente, después de algunos intentos, seleccionó a un joven de 19 años de edad como modelo para representar la figura de Jesús.

Casi durante seis meses Leonardo trabajó para pintar al personaje principal de esta formidable obra. Durante los siguientes seis años continuó su obra buscando personas que representarían a doce apóstoles, dejando para el final a aquel que representaría a Judas.

Por muchas otras semanas estuvo Leonardo buscando a un hombre con una expresión fría y dura. Un rostro marcado por la decepción, la traición, la hipocresía y el crimen. Un rostro que identificara a una persona que sin duda traicionaría a su mejor amigo.

Después de muchos fallidos intentos en la búsqueda de este modelo, llegó a oídos de Da Vinci que existía un hombre con esas características en el calabozo de Roma. Este hombre estaba sentenciado a muerte por haber llevado una vida llena de robos y asesinatos. Leonardo vio ante él a un hombre cuyo maltratado cabello largo caía sobre su rostro escondiendo unos ojos llenos de rencor, odio y ruina: al fin había encontrado a quien modelaría a Judas en su obra.

Gracias a un permiso de sus carceleros, el prisionero fue trasladado a Milán al estudio del maestro. Por varios meses este hombre se sentó silenciosamente frente a Leonardo mientas el artista continuaba con la ardua tarea de plasmar en su obra al personaje que había traicionado a Jesús. Cuando le dio la última pincelada a su obra, se dirigió a los guardias del prisionero y les dijo que se lo llevaran.

Cuando salían del recinto, el prisionero se soltó de los guardias y corrió hacia Leonardo Da Vinci gritándole:

-¡Da Vinci! ¡Obsérvame! ¿No reconoces quién soy?

Leonardo Da Vinci lo estudió cuidadosamente y le respondió:

-Nunca te había visto en mi vida hasta aquella tarde en el calabozo de Roma.

El prisionero levantó los ojos al cielo, cayó de rodillas y gritó desesperadamente:

-Leonardo Da Vinci, ¡Mírame nuevamente: yo soy aquel joven cuyo rostro escogiste para representar a Cristo hace siete años…!

A veces podemos sentir que no encajamos en nuestro mundo, que no tenemos nada por aportar o compartir, pero si nos quitamos la venda de los ojos y los juicios aplastantes, podemos encontrar otros seres que viven caminos paralelos a los nuestros con los que podemos compartir y construir las más bellas creaciones basadas en el amor.

Me encanta ver animaciones y más aún cuando dejan mucho para pensar como la siguiente: En un mundo que juzga a la gente por su número, Cero se enfrenta a un prejuicio y una persecución constante. Él anda un camino en soledad, hasta que un encuentro , por casualidad, cambia su vida para siempre.

Él conoce a una mujer Cero. Juntos, demuestran que a través de la determinación, del coraje y del amor, nada puede ser realmente algo.

No dejes de ver este cortometraje de animación realizado con la técnica de StopMotion realizado por Christopher Kezelos, que nos deja una bella enseñanza.

“No se guíen por revelaciones o tradiciones,

no se guíen por el rumor o por las escrituras sagradas,

no se guíen por habladurías o por la lógica pura,

no se guíen por la inclinación hacia una idea o

por la capacidad de apreciación de otra persona y

no se basen en la idea «El es nuestro maestro»,

sino cuando ustedes mismos sepan que una cosa es buena,

que no es censurable, que es alabada por el sabio y

que cuando es practicada ésta conduce a la felicidad,

entonces síganla”
De: Buda Sidartha Gautama

Si estás deprimido, estás viviendo en el pasado

Si estás ansioso, estás viviendo en el futuro

Si estás en paz, estás viviendo en el presente.

Lao Tzu

«Todo lo que te molesta de otros seres, es sólo una proyección de lo que no has resuelto de tí mismo»

Siddharta Gautama