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Después de nacer es lo que más seguro tenemos todos.

Sabemos que pasará en algún momento aunque no lo queremos aceptar y el hablar sobre el tema con nuestros seres más queridos para algun@s resulta ser traumático y prefieren no tocar el tema o simplemente ignorarlo. Otra opción que tomamos es asumir que la muerte sólo pasará a los vecinos, amigos o a las personas externas alrededor pero nunca nos imaginamos que pudiera pasarnos a nosotros. Lo cierto del caso es que es lo más seguro que tenemos en vida: todos vamos a morir y nuestros familiares, amigos, vecinos todos.

¿Pero por qué eludimos el tema?  Podría ser miedo a lo desconocido, a lo que pudiera pasar después o miedo a la ausencia. Bueno todo depende de la forma en que pensemos acerca de ello. Aquí compartimos una entrevista realizada al Maestro Zen Thich Nhat Hanh que nos muestra una explicación acerca de este cambio ineludible para todos desde la amorosa perspectiva budista.

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Para ver el mundo en un grano de arena,

Y el Cielo en una flor silvestre,

Abarca el infinito en la palma de tu mano

Y la eternidad en una hora.

William Blake

Siempre que veo una película me gusta analizarla y sacar mis enseñanzas y conclusiones.  Hace poco tuve la oportunidad de ver Stardust: El Misterio de la Estrella,  es una película del año 2007. Me pareció superentretenida pues te lleva a un mundo mágico imaginario de príncipes, doncellas y donde todo es posible.  Me encantó pues al ser una película de fantasía, te desconecta y te hace observar con detenimiento todo lo que ocurre para poderla entender,  además a mi modo de ver deja varias enseñanzas, algunas las relaciono a continuación.

 Las limitaciones y obstáculos para cumplir nuestros sueños se encuentran en nosotros mismos en nuestra mente y cuando los superamos podemos observar, conocer y vivir un número inagotable de posibilidades: En la película está representado a través de El muro. El protagonista está sumido en la monotonía de su mundo, acostumbrado a ser un simple empleado, a perseguir un amor que no le conviene. Pero cuando lo invade la curiosidad y cruza el muro ve un mundo totalmente diferente donde todo es posible. Pasa de ser ordinario y dejar que la vida se le pase sin más para convertirse en protagonista  protector,  encuentra su verdadero amor y construye su propia aventura de vida.

Cuando no tenemos congruencia con lo que sentimos, pensamos y actuamos, reflejando una imagen que no es la nuestra,  más tarde que temprano se cae esa fachada y se descubre nuestro interior. Esta enseñanza la protagoniza El capitán quien dice una frase que enmarca su papel: Reputación toda una vida para construirla y un instante para llevarla a pique.  El capitán daba una imagen de un machote guerrero durísimo y en el fondo es todo corazón.

Si nos dejamos cegar por la competitividad mal manejada y avaricia podemos pasar por encima de los demás lastimándolos, logrando sólo caos. Debemos esforzarnos por pulir nuestra propia personalidad nuestra piedra en bruto, rubí, para lograr armonía interna que reflejará seguridad y éxito seguro en nuestras acciones, sin interferir ni agredir a los demás. En la película los hermanos detrás del trono pensaban que para poder ser rey  tenían que buscar la manera de matar a sus propios hermanos, y en realidad el que fue rey era el que tenía la joya consigo y la cuidaba como su más valioso tesoro.

La belleza y la juventud eternas están en el cuidado de nuestro interior, de nuestra personalidad, de nuestra esencia, y así se ve reflejado en nuestro exterior en la parte física.  Las hermanas brujas que iban detrás de la estrella buscaban juventud enfocadas solamente en la parte física, pero esta juventud es pasajera y constantemente tenían que estar buscando nuevas estrellas para robarles su corazón. Tenían también el poder de hechizar como hicieron con la bruja que a pesar de tener la estrella en frente no la podía ni ver ni sentir, así pasa cuando nos enceguecemos por el mundo material o cuando nos obsesionamos con algo podemos tener lo que queremos en nuestras narices y no lo vemos.

Puedes verla tú también y sacar tus propias enseñanzas.



“El error consistió en creer que la tierra era nuestra cuando la verdad de las cosas es que nosotros somos de la tierra.”

Nicanor Parra.

Un viejo cacique de una tribu estaba teniendo una charla con sus nietos acerca de la vida.

Él les dijo:
“¡Una gran pelea está ocurriendo dentro de mí!… ¡es entre dos lobos!

“Uno de los lobos es maldad, temor, ira, envidia, dolor, rencor, avaricia, arrogancia, culpa, resentimiento, inferioridad, mentiras, orgullo, egolatría, competencia, superioridad.

“El otro es Bondad, Alegría, Paz, Amor, Esperanza, Serenidad, Humildad, Dulzura, Generosidad, Benevolencia, Amistad, Empatía, Verdad, Compasión y Fe.

Esta misma pelea está ocurriendo dentro de ustedes y dentro de todos los seres de la tierra.

Lo pensaron por un minuto y uno de los niños le preguntó a su abuelo:
“¿Y cuál de los lobos crees que ganará?”

El viejo cacique respondió, simplemente…
“El que tu alimentes».

Un día, un Maestro y su discípulo llegaron a la gran ciudad. No tenían dinero con ellos, pero sabían que necesitaban comida y un lugar para quedarse. El discípulo estaba seguro de que iban a mendigar su comida, y dormir en el parque por la noche.

«Hay un gran parque, no lejos de aquí. Podemos dormir allí por la noche», dijo el discípulo.
«¿Al aire libre?» -Preguntó el Maestro.
«Sí», respondió el estudiante.

El Maestro sonrió y dijo: «No, esta noche vamos a dormir en un hotel y comer allí también».

El estudiante fue sorprendido y exclamó: «¡No nos podemos permitir eso!»
«Ven y siéntate», dijo el Maestro.

Ambos se sentaron en el suelo, y dijo el Maestro:
«Cuando enfocas tu mente intensamente sobre cualquier tema, te unes en armonía al Universo para que se materialice».

El Maestro cerró los ojos y comenzó a meditar con plena concentración. Después de unos diez minutos se levantó y comenzó a caminar, con su discípulo después de él. Caminaron por varias calles y callejones, hasta que llegaron a un hotel.

«Ven, vamos a entrar en el interior», el Maestro le dijo a su discípulo.

Acababan de poner un pie en la entrada, cuando un hombre bien vestido se acercó a ellos.

«Yo soy el gerente de este hotel. Se ven como peregrinos de viaje, y creo que no tienen dinero. ¿Les gustaría trabajar en la cocina, y a cambio darles comida y un lugar para quedarse?»

«Bien», respondió el Maestro.

El discípulo se quedó perplejo y le preguntó al Maestro: “¿Has usado alguna magia? ¿Cómo lo hiciste?»

El Maestro sonrió y dijo: «Yo quería mostrarte cómo obra el poder de los pensamientos. Cuando piensas con plena concentración y fuerte sobre algo que quieres que suceda, y tu mente la dejas fluir sin resistirte al objeto de tu pensamiento, ineludiblemente tu pensamiento se materializa».

«El secreto está en concentrarse, visualizar, ver los detalles, teniendo fe y la proyección de la energía mental y emocional en la escena mental. Estos son los requisitos previos generales. Cuando tu mente está vacía de pensamientos, y sólo le permites entrar a un único pensamiento, gana un poder muy grande. Hay que tener mucho cuidado con lo que se piensa. Un pensamiento concentrado es de gran alcance, y ejerce una influencia muy fuerte».

El discípulo miró a su maestro y le dijo: «. Veo que tengo que afinar mi concentración con el fin de poder utilizar este poder»

«Sí, este es el primer paso», dijo el Maestro.

 

  1. Hacer lo posible para cambiar la forma de ver las cosas. Siempre mira el lado positivo. La mente te puede arrastrar a pensar en la negatividad y las dificultades. No la dejes. Mira el lado bueno y el aprendizaje de cada situación, por difícil e inconcebible que parezca absolutamente de todas las situaciones aprendemos y cuanto más duras, más marcada nos queda la lección, entonces agradece esa oportunidad de vivir y saca el aprendizaje. De lo contrario, cuando se te presentan situaciones incómodas y difíciles, perderás el rumbo de tu felicidad.
  2. Piensa en soluciones, no en problemas. Cuando pensamos en problemas nos quedamos bloqueados, absortos y sin saber qué hacer. Es mejor darse un respiro y pensar que absolutamente todo en la vida tiene solución y existe por una razón. No son problemas son retos que si se te han presentado es porque dentro de ti está el potencial para superarlos y seguir adelante. Y no todos tenemos los mismos “retos” porque todos tenemos diferentes cosas por superar.
  3. Escucha música relajante, edificante. Este es un alimento directo para tus sentidos.
  4. Mira comedias divertidas que te hacen reír. Y te llevan a un estado de alegría, jocosidad y buena onda.
  5. Cada día, dedica algún tiempo a leer unas cuantas páginas de un libro inspirador o un artículo. Este es un alimento para tu mente.
  6. Cuida tus pensamientos. Cada vez que te encuentres pensando en cosas negativas, empieza a pensar en cosas agradables. Simplemente si vienen estos pensamientos acéptalos déjalos pasar pero inmediatamente piensa en cosas agradables, no dejes que en tu mente se posesionen pensamientos negativos, en cambio llena ese espacio inmediatamente con positivos.
  7. Siempre mira lo que has hecho y no  lo que no tienes. A veces, puedes comenzar el día con el deseo de lograr varios objetivos. Al final del día puede pasar que te sientas frustrado e infeliz, porque no has alcanzado a  hacer todas lo que has planeado.
    Mira lo que has logrado, no te concentres en lo que falta. Es posible que hayas alcanzado mucho durante el día, y sin embargo por faltarte algunas pequeñas tareas te dejas decaer y no ves todo lo bueno que has construído. Es injusto hacia ti mismo. Siéntete feliz por lo que hiciste y piensa que todo tiene su tiempo y lo que te faltó todavía no era la hora de realizarlo.
  8. Cada día haz algo bueno por tí mismo. Date gusto. Puede ser algo pequeño: cómprate un libro, come algo que te gusta, observa tu programa favorito de televisión, ve al cine, o simplemente realiza un paseo en la playa. La misión principal de nuestra vida es ser felices y se vuelve un hábito constante con la suma de pequeñas cosas cada vez.
  9. Cada día produce por lo menos un acto de hacer felices a los demás. Esto puede ser una palabra amable, ayudando a sus colegas, parando el coche en el cruce peatonal para darle paso a las personas, cediendo tu asiento del autobús a otra persona, o dar un pequeño regalo a un ser querido. Las posibilidades son infinitas. Al hacer feliz a alguien, eres feliz y se propaga ese sentimiento, y entonces también la demás gente trata de hacerte feliz.
  10. Todos los días Agradece todo lo que tienes. Cuenta tus dones y ventajas diariamente. Verás que es más lo que tienes que lo que te hace falta. Y tal vez analizando estos dones lo que piensas que te falta puede ser un solo capricho, en realidad estás completo.
  11. No envidies a las personas que son felices. Por el contrario, sé feliz por ti mismo, es una elección y tienes el derecho a aprovecharla. Alguna vez leí que las personas aburridas e infelices hacen mucho daño a la sociedad. Es responsabilidad de cada uno mantenernos felices internamente para reflejarlo al exterior y conseguir una atmósfera positiva de amabilidad.
  12. Rodéate con la gente feliz, y trata de aprender de ellos para ser feliz. Recuerda que la felicidad es contagiosa.
  13. Haz todo lo posible para mantener tu centro, cuando las cosas no procedan según lo previsto y deseado. Encontrarte a ti mismo y aceptar que eres un eterno aprendiz de todo lo que se te presenta en la vida, te ayudará a mantener la calma y controlar sus estados de ánimo y reacciones. Es la aceptación de lo bueno y lo malo y permanecer en equilibrio, tiene mucho que ver con la paz interior y la paz interior es conductor de la felicidad.
  14. Sonríe más a menudo.

La vida es un camino que recorremos paso a paso, poco a poco, así como en un reloj de arena el tiempo se marca grano por grano.

Es como un laberinto, que cuando encontramos la salida ya no es tan interesante y lo dejamos para buscar y encontrar algo mejor; lleva consigo muchos retos y compromisos pero el secreto para aprender la lección no es evadirlos sino enfrentarlos y darles una solución lógica. Y lo destacado  de ello es la satisfacción que nos queda después de resolverlos.

Nunca debemos quedar en el pasado pensando, pensando y emocionándonos con él….EL PASADO YA PASÓ y no podemos regresar para hacerlo mejor.

Tampoco debemos fijar todos nuestros pensamientos en el futuro, ni tener ansiedad por el mañana, porque todavía no llega y no podemos , por ejemplo, comernos en este instante el pan que se horneará dentro de un mes.

Lo más sensato que podemos  hacer es vivir el hoy, en este mismo instante porque este minuto en el que estás leyendo es el único que podemos vivir y modificar.

Viviendo bien el presente dejaremos un pasado agradable y vamos construyendo  bases sólidas para un futuro feliz.

Quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación.

Proverbio árabe.