Crisis de valores, un tema que nos está carcomiendo
Actualmente la crisis que vivimos no es solo económica sino de valores también. Algo está fallando fuera del bolsillo y es algo que, si no se cambia, nos empujará cuesta abajo cuando ya hayamos el mundo se nos venga encima.
No se trata de ideales políticos, indignación o revoluciones, simplemente consiste en aterrizar de nuevo a este mundo, ver quiénes somos y que estamos rodeados por iguales que con solo un poco más o menos suerte podrían haber llegado a nuestro lugar si hubieran tenido la oportunidad.
El miedo se ha instalado en nuestras vidas: miedo a amar, a ser vulnerable, a no tener, a las enfermedades, al cansancio mental y físico, al paso de los años, al exceso de obligaciones y a la falta de sentido de la vida, etc. Y en este miedo muchos buscan la excusa para robar, matar, mentir, traicionar, no trabajar, sobornar, para ser cruel con otros.
Nada es suficiente, siempre se quiere más…se han perdido los parámetros. La codicia forma parte de nuestra realidad cotidiana.
Hoy, debemos recuperar el contacto con la naturaleza y confiar en nuestro conocimiento interior, escuchar sus consejos. Como lo dice el libro Las voces del desierto: «sólo cuando se haya talado el último árbol, sólo cuando se haya envenenado el último río, sólo cuando se haya pescado el último pez; sólo entonces descubrirás que el dinero no es comestible. Nací con las manos vacías, moriré con las manos vacías. He visto la vida en su máxima expresión, con la manos vacías«.
No hay que culpar a los demás de nuestra forma de ser, de nuestro malestar, enfrentemos amorosamente las sensaciones negativas, nuestros malestares. Como dice David Richo: «sólo cuando tengas el valor de enfrentar las cosas como son, sin ningún autoengaño o ilusión, brillará una luz a partir de los sucesos y se abrirá el camino» .