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Las ideas y especulaciones acerca del mundo pueden conducir a la enajenación mental. Esta rueda de la existencia, este ciclo de continuidad, carece de fin y el primer principio de las cosas que vagan y se afanan por doquier encubiertas en ignorancia y aherrojados por el deseo, no se puede columbrar.

Aforismos de Buda

«A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota»

Madre Teresa de Calcuta

Si estás deprimido, estás viviendo en el pasado

Si estás ansioso, estás viviendo en el futuro

Si estás en paz, estás viviendo en el presente.

Lao Tzu

«Es importante tener un sentido de seguridad, la sensación de estar preparado, el conocimiento pleno de que, venga lo que venga, podrás enfrentarte a ello, manejarlo … e incluso disfrutar haciéndolo».

«También es una buena enseñanza encontrarte frente a una situación que no puedes manejar y, al reflexionar sobre ello más tarde, darte cuenta de que esa enseñanza te resultó útil en muchas, muchas formas distintas. Te permitió medir tus fuerzas».

«También te permitió descubrir áreas en las que necesitabas emplear más a fondo la seguridad en ti mismo, sacar más de tu potencial interior…Reaccionar ante lo bueno y lo malo y manejar ambas cosas adecuadamente: ahí es donde reside el verdadero gozo de vivir».

Palabras del psiquiatra Milton H. Erickson

Cuando era pequeña me encantaban las adivinanzas y la sensación que tenía mientras las resolvía. Me he encontrado una que nos hace reflexionar sobre el tesoro más valioso que tenemos. Lo interesante es que mientras la resuelves te deja una gran enseñanza. Aquí va, anímate a resolverla:

Tres hermanos viven en una casa:

son de veras diferentes;

si quieres distinguirlos,

los tres se parecen.

El primero no está: ha de venir.

El segundo no está: ya se fue.

Sólo está el tercero, menor de todos;

sin él, no existirían los otros.

Aún así, el tercero sólo existe

porque en el segundo se convierte el primero.

Si quieres mirarlo

no ves más que otro de sus hermanos.

Dime pues:¿los tres son uno?,

¿o sólo dos?, ¿o ninguno?

Si sabes cómo se llaman

reconocerás tres soberanos.

Juntos reinan en un país

que ellos son. En eso son iguales.

La he encontrado en el libro Momo del autor Michael Ende.


Ser maestro es un arte, una profesión y una vocación.

Un arte porque cada grupo, cada niño, necesita una variación, un ajuste y una atención personal, que exigesensibilidad, flexibilidad y originalidad.

Una profesión porque debe saber quienes son los niños y cómo se desarrollan, y, además, debe saber de escritura, matemáticas, ciencias etc..
Debe conocer muchas estrategias y metodologías y tener clara su visión de mundo y su rol como maestro.

Pero, más allá de esto, tiene que tener la vocación necesaria para visualizar que su trabajo es contribuir a la formación de una persona que debe enfrentar sus propios retos y aprendizajes, que llega a la escuela con su alma, corazón, mente y espíritu dispuesto a ser lo mejor.

De cada maestro depende, dentro del medio escolar, cuánto avanza, y cuándo aprende cada niño en todos los aspectos de su desarrollo: físico, intelectual y socioemocional.

Un día, un Maestro y su discípulo llegaron a la gran ciudad. No tenían dinero con ellos, pero sabían que necesitaban comida y un lugar para quedarse. El discípulo estaba seguro de que iban a mendigar su comida, y dormir en el parque por la noche.

«Hay un gran parque, no lejos de aquí. Podemos dormir allí por la noche», dijo el discípulo.
«¿Al aire libre?» -Preguntó el Maestro.
«Sí», respondió el estudiante.

El Maestro sonrió y dijo: «No, esta noche vamos a dormir en un hotel y comer allí también».

El estudiante fue sorprendido y exclamó: «¡No nos podemos permitir eso!»
«Ven y siéntate», dijo el Maestro.

Ambos se sentaron en el suelo, y dijo el Maestro:
«Cuando enfocas tu mente intensamente sobre cualquier tema, te unes en armonía al Universo para que se materialice».

El Maestro cerró los ojos y comenzó a meditar con plena concentración. Después de unos diez minutos se levantó y comenzó a caminar, con su discípulo después de él. Caminaron por varias calles y callejones, hasta que llegaron a un hotel.

«Ven, vamos a entrar en el interior», el Maestro le dijo a su discípulo.

Acababan de poner un pie en la entrada, cuando un hombre bien vestido se acercó a ellos.

«Yo soy el gerente de este hotel. Se ven como peregrinos de viaje, y creo que no tienen dinero. ¿Les gustaría trabajar en la cocina, y a cambio darles comida y un lugar para quedarse?»

«Bien», respondió el Maestro.

El discípulo se quedó perplejo y le preguntó al Maestro: “¿Has usado alguna magia? ¿Cómo lo hiciste?»

El Maestro sonrió y dijo: «Yo quería mostrarte cómo obra el poder de los pensamientos. Cuando piensas con plena concentración y fuerte sobre algo que quieres que suceda, y tu mente la dejas fluir sin resistirte al objeto de tu pensamiento, ineludiblemente tu pensamiento se materializa».

«El secreto está en concentrarse, visualizar, ver los detalles, teniendo fe y la proyección de la energía mental y emocional en la escena mental. Estos son los requisitos previos generales. Cuando tu mente está vacía de pensamientos, y sólo le permites entrar a un único pensamiento, gana un poder muy grande. Hay que tener mucho cuidado con lo que se piensa. Un pensamiento concentrado es de gran alcance, y ejerce una influencia muy fuerte».

El discípulo miró a su maestro y le dijo: «. Veo que tengo que afinar mi concentración con el fin de poder utilizar este poder»

«Sí, este es el primer paso», dijo el Maestro.